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Personas arcoíris
Reconozco que, viendo la situación en la que estamos, pinta más bastos que brotes de primavera. Gente que vive la historia sólo como llena de recuerdos del pasado y les cuesta mirar al futuro, o personas tipo escorpión, buscando clavar el aguijón o personas parásitas, que quieren conseguir las cosas sin el menor esfuerzo. La clave es pintar la vida desde la calle, desde casa, desde el trabajo con el esfuerzo y el espíritu de solidaridad. Así entiendo pintar la vida de colores. En el mundo de la política, los pactos entre partidos semejantes o entre partidos con objetivos comunes son laudables y pueden ser convenientes para la sociedad. En cambio, las mescolanzas, los extraños compañeros de cama, son peligrosos. Pactos, sí; mezcolanzas, no. Los "extraños compañeros de cama" en política, por desgracia, son frecuentes, pero no convenientes. Es verdad que la política debe ser flexible, pero también deben respetarse unos límites. Por ejemplo, un partido de larga y profunda tradición democrática no puede negociar con un partido antidemocrático y totalitario. Para gobernar con acierto no basta la firmeza. Es necesaria también la flexibilidad. Gobernar personas no es lo mismo que dirigir máquinas. Cada persona es un mundo y, si no hay flexibilidad, no hay buen gobierno. Pero también, para gobernar correctamente se debe ejercer la paciencia con gran serenidad y sabiduría.