Quería dejar constancia de la falta de eficiencia, profesionalidad y sentido común de Renfe. De madrugada, mi hija ha cogido el tren de Cercanías, para ir de Tolosa a San Sebastián y, después de tardar más de una hora en el trayecto, ha venido absolutamente hecha polvo y en shock.

El tren estaba tan lleno de gente que no se podía mover ni un solo centímetro del sitio en el que estaba. Es más, tenía parte de su melena debajo “literalmente” de la axila de una de las personas que estaba estrujada a su lado y no se han podido mover ni medio centímetro para poder liberar el pelo. Para poder respirar, ha tenido que mover, como ha podido, la cabeza a un costado, mirar hacia arriba y estar más de una hora de viaje (cosa que es también incomprensible) respirando como podía.

Estaba literalmente embutida entre personas y tal era el ahogo, que casi se desmaya, ya que tenía un chico delante y de cómo iban todos, le estaba apretando el pecho. El espectáculo era dantesco. Había personas que, como mi hija, se estaban casi desmayando, además estando con el covid acechando por las esquinas, no puede ser que la gente vaya en esas condiciones en un transporte público.

¡Esto es intolerable! ¿Para qué están los jefes y personal de estación? Deberían de poner un tope de personas en cada vagón y no lo hacen, cuanta más gente entre, pues ale, mucho mejor y no me sirve de excusa que como son carnavales, los trenes vienen en esas condiciones, porque esto es inaceptable en cualquier época del año. 

No se puede llevar así a las personas, por Dios, que no son ganado... Bueno, es que ni a los animales se les puede dar ese trato.

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