Muy bonito el nombre, pero puede que sea un cuento de hadas si no se le dota de base real. Los que hemos tenido que andar por los manglares y vericuetos de Bruselas, por poner un ejemplo, vericuetos y manglares plagados de caimanes de colores, lobbies y gentes de traje y corbata muy finos y preparados, pero presionados por los grandes empresarios y empresas, sabemos un poco lo que hace falta. Si es para ayudar a la pequeña empresa, que no tiene tantos medios de personas que hablen idiomas, técnicos y toda esa parafernalia que hace falta para moverse por el mundo, está bien. De lo contrario, mucho ruido y pocas nueces; propaganda, paripé y figurar como primero de algo nuevo, pero papel mojado. No creo que los técnicos y empresarios estén precisamente interesados en la poesía y el verso, aunque alguno habrá. Hace falta gemelos virtuales que sirvan para algo más que para jugar con los ordenadores.