Setenta y cinco personas, las parlamentarias y parlamentarios del Parlamento Vasco, se van a enfrentar, en breve plazo, a un momento especial.Tienen que decir sí o no a la mejor manera de resolver tres cuestiones que seguro figuran en sus discursos políticos y en sus programas electorales: acabar con la pobreza, combatir la desigualdad, fomentar la autonomía personal y el cuidado.Y ello, porque van a tener que decidir si aprueban o rechazan la mejor idea, o propuesta político-económica que va a debatirse en los próximos días en ese Parlamento.La propuesta de implantación de una Renta Básica, universal e incondicional, ha llegado al Parlamento, y los Partidos políticos van a tener que pronunciarse sobre ella.La promotora de la ILP, de la que formo parte, apoyada por más de 80 organizaciones sociales, ha conseguido y presentado 22.075 firmas -más del doble de las exigidas por la ley- para que su propuesta de Renta Básica sea admitida a trámite parlamentario.Ahora es su momento de tomar una decisión clara en la mejora de la sociedad, de todas las personas; y es el momento para que las fuerzas progresistas, los partidos, los sindicatos, y las organizaciones sociales les interpelemos exigiendo una respuesta positiva ante lo que calificamos como la mejor idea para acabar con la pobreza y una oportunidad para la mejora sustancial de nuestra sociedad, de nuestras mujeres y hombres, de los descendientes del futuro.La Renta Básica responde a un derecho inalienable, inscrito en la Declaración de derechos humanos. El derecho a una vida digna de todas las personas, a cuyo objetivo deben plegarse todos los gobiernos, implementando todas las medidas necesarias para su realización.La Renta Básica es un mecanismo que por su carácter universal, individual e incondicional, protege a todas las personas al margen de sus capacidades económicas, sus relaciones personales o su relación con el mercado laboral. En este sentido es un mecanismo similar al derecho a la sanidad, la educación o la seguridad.La Renta Básica pone a las personas en el centro de la vida; e incrementa la necesaria autonomía personal ante los diferentes escenarios laborales, familiares o personales a las que se enfrentan día a día.Han sido 22.075 personas quienes han facultado, con su firma, que se produzca esta oportunidad. Son una representación pequeña pero significativa de la voluntad que nutre la sociedad.Ahora, 75 parlamentarios -hombres y mujeres- tienen que dar respuesta a su demanda.Espero que no se refugien en excusas o propuestas falaces que cronifiquen una situación inaceptable.Una sociedad opulenta como la nuestra no puede permitirse que ni una sola persona carezca de los medios necesarios para vivir dignamente. Y resulta inaceptable escudarse en un mercado laboral, como medio de solucionar este problema, cuando este sistema se sustenta en el enriquecimiento de unos pocos, en la explotación de la capacidad de trabajo de las personas, en salarios de miseria, en la precariedad y en la discriminación de género.Es el momento de la Renta Básica.Ángel Abalde
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