La clasificación de la Real en la tabla no es más que el reflejo de un fútbol práctico y directo. En la plantilla blanquiazul no hay suplentes, todos son titulares gracias a un banquillo solvente y al excelente trabajo de Imanol, que coordina las rotaciones a la perfección. Ahora mismo no renunciamos a nada porque podemos aspirar a todo. Es por eso que la citada posibilidad no da opciones a actitudes sensibleras como las de nuestro apreciado crack Mikel Oyarzabal que, sin estar el partido cerrado contra el Granada, permitió educadamente lanzar el segundo penalti a William José y que, como otras veces, el brasileño falló lastimosamente. Estamos en la elite, los gestos caballerescos propios del medioevo sobran. Enrique Leza