La ética de una sentencia
La consecución de la paz sobre unas sólidas bases éticas en el respeto a los derechos humanos individuales y colectivos, si bien es una misión de toda la ciudadanía, reclama una máxima sensibilidad y responsabilidad de aquellas instituciones que gobiernan el Estado, es decir, de los poderes legislativo, ejecutivo y judicial.
Ante la sentencia condenatoria de la Audiencia Nacional en torno a Bateragune, el grupo Bakearen Aldeko Taldea de Oarsoaldea desea mostrar su desacuerdo con la condena impuesta a cinco de los imputados y expresa su preocupación por los motivos y actuaciones que han orientado este proceso. No se puede obviar la debilidad de los argumentos presentados, que en nada demuestran la pertenencia de los imputados a ETA, que no hacen más que sacar a colación las valoraciones que se están dando sobre la politización o no de la justicia. Por ello este grupo lamenta la falta de sensibilidad del tribunal en este juicio, que tenía también unas importantes derivaciones en torno a la búsqueda de la paz.
Urge la desaparición de ETA, es inaplazable la reparación del daño causado a todas las víctimas de la violencia, es necesario que sin más dilaciones todas las instituciones civiles y religiosas, partidos y sindicatos, agentes sociales, hombres y mujeres, prioricen el esfuerzo en orden a la consecución de una auténtica paz.
A la Audiencia Nacional, así como al poder judicial, corresponderá la misión de impartir la justicia que ha de tener como objetivo la defensa de la dignidad de la persona. Una dignidad que exige la desaparición de ETA y un escrupuloso respeto de las personas para que confluyan hacia una paz basada en la auténtica justicia y libertad. Este es el momento para revisar actuaciones, modificar actitudes y aunar esfuerzos en orden a que entre todos construyamos la paz. Bakearen Aldeko Taldea hubiera deseado el triunfo de una auténtica justicia solamente alcanzable en clave ética y de paz.