Al hijo de Marisol Goñi
He leído la carta de tu madre y, aunque no os conozco, me apetece deciros un par de cosas, ya que me solidarizo completamente con ella, porque lo que les pasa a nuestros hijos nos duele más que nuestras cosas.
Entiendo que de momento estés mal, pero siempre hay que procurar ver el lado bueno de las cosas. En el trabajo pasamos una gran parte de nuestras vidas y es muy importante el buen ambiente y estar rodeado de buena gente. Creo que te has librado de trabajar para una mala persona, que con las contestaciones que te dio se califica. Ojalá contrate a un flaco que le salga bien maula, de esos que se coge la baja hasta por un estornudo y que le amargue la existencia, que es lo que se merece.
No te desanimes, porque las cosas andan tan mal que sólo pueden ir a mejor. Ya verás cómo con los años aprendes a pasar de personas así y cómo tendrás oportunidad de conocer a mejor gente que te dejarán por lo menos demostrar si sabes hacer tu trabajo antes de decidir.
Al jefe ese, aunque creo que no merece la pena y que seguro que no lee ni la prensa, por si alguien se lo hace llegar, le diría que debería tener en cuenta que antes que las empresas están las personas y que como la vida da muchas vueltas, le deseo que si algún día le toca a él pedir trabajo, que le toque decidir por supuesto a alguien de su misma catadura humana.
¡Ánimo, chaval!
Txaro González