Odón, eres un engañador. Así lo pienso después de leer asombrado que los culpables del caos circulatorio de las bicis en Donostia son la oposición, algunos ciclistas, la difícil orografía del terreno y la inoperancia de la Policía Municipal. Si ese análisis fuera correcto, parecería más una broma de un engañador (persona que cierra los ojos a la verdad, porque le es más grato el error -la mentira-, según el Espasa), que la de un gestor responsable.

La oposición no diseña los bidegorris; algunos ciclistas (yo diría que muchos) infringen las normas y no son sancionados; en el centro de Donostia no hay ningún problema orográfico; y la inoperancia de los municipales (en eso estoy de acuerdo) es de su entera responsabilidad. El bidegorri por La Concha, en una zona peatonal concurrida, fue un error; que la red de bidegorris por el centro invada las zonas peatonales de forma masiva, cuando lo adecuado es que lo haga excepcionalmente, es un error; tomar medidas anómalas, como limitar la velocidad de las bicis a 5 km/h que son inaplicables y, por tanto, ineficaces, son un error; no utilizar a los municipales para poner orden en este caos circulatorio, ni para sancionar a esos "algunos" ciclistas infractores, es un error.

Los peatones, para su tranquilidad, no estamos organizados como los ciclistas, pero somos muchos y no pararemos hasta conseguir una nueva forma de convivencia ciclista-peatonal, más racional, más adecuada a la realidad, menos agresiva e invasiva, más humana y solidaria con los peatones más débiles: niños, mayores, ciegos, minusválidos, etc, elaborada con criterio y con la certeza de cumplir y hacer cumplir lo decidido.

No existe una pelea ciclista-peatón, sólo existe un mal diseño en la circulación viaria de las bicis, y eso sólo lo puede mejorar el gobierno municipal, empezando con una autocrítica de su gestión. Así que, en vez de contestar a las denuncias peatonales, esmérese en solucionarlas. Se lo pido, sin ninguna esperanza, una peatona "cabreada", que es abuela, tiene un amigo ciego, y sale de casa a la acera con mucho cuidado porque vive en el centro.