Sigo con preocupación la noticia de que es posible que en Donostia desaparezca la funeraria municipal y que en el caso de necesidad de un servicio funerario por el fallecimiento de algún allegado, estaríamos obligados a acudir a una funeraria privada. Funerarias privadas que son unos negocios más con intereses puramente mercantilistas, negocios que viven de la venta: cuanto más caras sean la caja, las flores, etc. que te vendan mejor para ellos.
Cuando en esos momentos delicados necesitamos que nos atiendan y nos presten un servicio, y no que hagan un negocio con nuestro sufrimiento. Sr. Alcalde, es imprescindible un servicio municipal que nos ayude a en los trámites (obligatorios por cierto) en casos de fallecimiento.
Los últimos años (cinco en palabras de esta persona) hemos oído una y otra vez argumentos defendiendo el derecho al descanso? de nuestros vecinos. No voy a negar que las fiestas causen molestias. Tampoco que los últimos años haya habido un incumplimiento de los horarios establecidos por el consistorio municipal pocos días antes de comenzar las celebraciones. Por cierto, dichos horarios no respetan la programación festiva presentada en los plazos requeridos por el ayuntamiento con bastante antelación. Y que se está obligado a cumplir si se aspira a recibir alguna subvención.
Así pues, a la hora de hablar de respeto me da a mí que no se libra ni? y con el fin de acabar con el ambiente tan desagradable que crea esta situación las cuadrillas de Porrontxos hicimos una propuesta firme y constructiva con unas medidas razonables para reducir las molestias al máximo. Dando como garantía del compromiso la subvención y asumir el costo de la infraestructura en caso de no cumplir lo planteado. Tengo la impresión de que el concejal, acostumbrado a manejar cifras importantes del dinero de los contribuyentes, se ha creído que en Egia tenemos una maquina de hacer dinero, y así pagamos gustosamente las multas que nos pone. Cuando ellos no han utilizado ninguno de los recursos que tienen para hacer terminar las actividades festivas a las horas impuestas por ellos mismos. Parece que les vienen mejor los ingresos extras, que por cierto nadie sabe para que se utilizan.
Para terminar, quiero pedir perdón por mi prosa y recalcar que el ayuntamiento de Donostia-San Sebastián a mi parecer no tiene, ni a mostrado ninguna intención, de mejorar ni llegar a soluciones en este sentido. Y por eso invito a todos aquellos inconformistas con la gestión municipal a lucir unas alegres narices postizas ya que no podemos permitir que estos maestros de la palabrería gratuita nos quiten nuestro patrimonio cultural. Si, si, cultural.
Urtzi Aizpuru Mugaguren