Con referencia a la sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatut de Cataluña, leo en la prensa catalana, no sin cierto estupor, los subtítulos: El presidente ve en el fallo sobre el Estatut el techo final del autogobierno de Catalunya, da a entender que se ha conseguido el objetivo y considera la sentencia como final de etapa. Al mismo tiempo y en el mismo medio se lee textualmente Zapatero ofrecerá a Montilla en la Moncloa la reforma de la ley orgánica del Poder Judicial al tiempo que pide prudencia a los partidos catalanes. Francamente, la capacidad de Rodríguez Zapatero para afirmar una cosa y su contraria al mismo tiempo no tiene límite. ¿Si la "sentencia ha tocado el techo" como es que ofrece a Montilla cambiar el Poder Judicial para que éste, una vez retocado y amañado, pueda revocar la actual sentencia? ¿No ha tocado techo? ¿No se da cuenta de que con esta actitud está dejando en calzoncillos los tribunales? Aunque al parecer eso le importa muy poco a ZP.
Cosidó se desentiende, alegando que no le parece el momento más oportuno para realizarla. Al margen de la actual credibilidad, mayor o menor, en los sindicatos, me pregunto qué momento es el más oportuno para este señor si no es ahora, cuando muchísima gente está pagando las consecuencias de un juego financiero devastador que, valiéndose de la impunidad que el siempre avaricioso poder otorga, arremete contra nuestras expectativas de futuro y nuestra credibilidad en el progreso, provocando una desideologización que oculta nuestra innata capacidad para enfrentarnos y mejorar nuestra inherente vitalidad.
Después, como respuesta a otra pregunta en torno a la crisis y a la política, el senador remarcaba los dos pilares que sustentan al PP: el compromiso con los más débiles (ya lo he comentado antes) y la apuesta por la política antiterrorista para poder alcanzar la libertad. Ya está, pienso, ya ha llegado a lo que quería. Lo primero, totalmente de acuerdo con acabar con ETA y con cualquier otro tipo de banda armada. Pero lo que me preocupa y me duele es esa propuesta que se limita a identificar algo tan grande y valioso como la libertad con el hecho de acabar con esa banda que, muy equivocadamente, dice ser la voz de la tierra euskaldun. ¿No es acaso la libertad mucho más? Libertad es estar informado para poder implicarte y actuar en conciencia con tus ideas, libertad es tener un trabajo digno que cubra mis necesidades tanto materiales como personales, libertad es ser paciente, saber escuchar, libertad es tener seguridad en ti y no tener miedo a opinar. Como todo lo bueno, la libertad nos puede hacer sufrir también al obligarnos a recorrer senderos nunca antes transitados que nos obligan a alzar la mirada para no desviarnos mientras la implacable bola solar quema nuestra retina. Como nos decían de txikis, ikasten, ikasten, beti gure adimena zabaltzen? Una cosa es tener 18 años y poca experiencia y otra cosa es querer dejarse engañar. Luego dicen que la juventud no se implica, ¡ya os gustaría! Motivos nos dais.
Garazi Sanz