Zubieta, año 1813. Escenario donde se decide la reconstrucción de Donostia tras el grave incendio que asoló la ciudad.

Donostia, año 2010. Escenario donde se decide la destrucción de Zubieta: incineradora, macrocárcel, polígono industrial y cierre de la eskola txikia.

Así se escribe la historia. Está claro que Donostia no es en absoluto solidaria con el barrio de Zubieta y no siente ningún tipo de deseo de corresponder la ayuda histórica recibida. A esto en la naturaleza lo llaman parasitismo, una especie se beneficia, perjudicando a la otra. ¿Acaso no es posible la simbiosis? Nos vemos envueltos en una vorágine de expropiaciones cuyo objetivo son la creación de una serie de macroproyectos que van a dar cobertura a toda Gipuzkoa y, sin embargo, no hay ninguna ayuda para el mantenimiento de la eskola txiki, único servicio del barrio.

Nos colocáis lo que nadie quiere y para un servicio que pedimos para el barrio, la respuesta es que enviemos a nuestros hijos a otro municipio. El Ayuntamiento tiene que responsabilizarse y solidarizarse con Zubieta y no ser un parásito constante para el barrio.