La chaqueta de pana

Sin riesgo a equivocarme, creo que a todos los trabajadores hoy en día en paro, que ronden entre 50 y 60 años, les habrá venido a la memoria aquel hombre que en la clandestinidad y en los últimos años del franquismo adoptó el nombre de Isidoro y su famosa chaqueta de pana. Aquel hombre que ilusionó a millones de trabajadores y aupado al poder por la suma de la ilusión y la esperanza que insufló a la clase trabajadora en los últimos años de la dictadura, denunciando a los círculos de poder.

Ese hombre llamado hoy excelentísimo y honorable don Felipe González, sale hoy en los medios protagonizando una noticia que si bien es personal, no deja de llamar la atención y hacer temblar hasta los tuétanos a todos aquéllos que en su día le vitorearon. No es de recibo que un ex presidente del Partido Socialista Obrero Español salga hoy a la palestra rodeado de jeques, sultanes, reyes y demás componentes de aquellos círculos de poder que en su día prometió combatir. Desgraciadamente estas noticias, por repetitivas cansan y duelen.

A estos hombres que en su día fueron referentes de fe y esperanza para la clase trabajadora, sólo me resta recordarles que había una vez un hombre tan pobre, tan pobre, tan pobre que no tenía más que dinero.