Los pies son una parte del cuerpo que a menudo es considerada como la gran olvidada, pues también necesitan higiene diaria. El sudor, un calzado sin ventilación o la acumulación de células muertas son factores que hacen que su piel tienda a acumular grandes cantidades de bacterias u hongos.

Por lo tanto, es imprescindible tomar medidas efectivas que sean económicas, fácil y que puedan dejar los pies en buen estado en poco tiempo. Y todo ello con un remedio casero que es sencillo de conseguir para casi cualquier persona.

Limpieza profunda, alivio y frescura

El truco consiste en utilizar la sal y el bicarbonato de sodio para eliminar hongos, bacterias y otras impurezas. Y más todavía si se utilizan calzados o zapatos cerrados durante horas y horas, lo que puede tener efectos negativos sobre la salud de los pies en general.

Entre sus beneficios, el bicarbonato equilibra el pH de la piel, con menos sudor y terminando por completo con los malos olores. Por no hablar de su poder exfoliante, que es muy práctico para eliminar células muertas y ablandar zonas resecas o endurecidas. 

Además, resulta muy efectivo a la hora de regular la circulación de la sangre y a la vez poder reducir la inflamación o las heridas, que suelen aparecer con frecuencia tras algunos días de ejercicio físico o actividades intensas.

Este truco combate la suciedad y el mal olor en los pies Pixabay

¿Cómo aplicar este tratamiento casero?

El proceso es muy sencillo: primero hay que llenar un cubo con agua entre una temperatura de 15 a 35 grados y meter ambos pies. Más tarde, se echan dos cucharadas de sal gruesa y otras dos de bicarbonato de sodio. Cuando se disuelva la mezcla, hay que dejar los pies a remojo durante unos 20 minutos. 

Después de tenerlos bajo agua un rato, hay que secar muy bien los pies, sobre todo entre los dedos, para que la humedad no provoque hongos. Finalmente, hay que aplicar una crema hidratante para cuidar la piel y dejarla en buen estado.

Sin embargo, hay que tener en cuenta que, aunque se trate de una técnica segura, usarla demasiado puede afectar a la hidratación natural de la piel. Esto significa que no conviene repetirlo a diario, buscando otras alternativas si llegase a ser necesario.

Las durezas en los pies suelen aparecer por las rozaduras con el calzado Pixabay

Otros trucos para cuidar los pies 

Más allá de este truco que hemos contado antes, se recomienda cambiar los calcetines a diario. Si puede ser, que sean unos que lleguen a absorber la humedad. En este caso, es preferible que sean de algodón, pues sus propiedades retienen mejor el agua.

Por otro lado, un buen calzado es clave. Siempre que se pueda, los zapatos deben ventilar los pies correctamente y evitar que el sudor se acumule en ellos. Por lo tanto, se aconseja cambiar cada día de horario y airearlo constantemente. 

Como es lógico, la hidratación de la piel, en concreto la de los pies, no puede faltar. Hay que elegir productos adecuados para que las zonas secas o duras se suavicen y no se formen grietas que resulten incómodas, aplicando movimientos circulares.