El conjunto con sede en Azpeitia y Azkoitia ha mantenido la base de jugadores de casa y se ha reforzado con jugadores de un perfil claro: jóvenes con proyección y ganas de hacerse un hueco en la LEB Oro. Odriozola es consciente de que tocará sufrir para evitar las tres últimas plazas, que significarían el descenso. El curso lo comenzarán el viernes recibiendo en casa al Coruña.

¿Como llega el equipo al inicio?

Bueno, estamos un poco justitos. Algún jugador llegó más tarde a la pretemporada, y Kevin (Buckingham) e Ibra (Magassa) vienen de lesiones largas y un entrenador quiere a todos siempre al 100%, pero todos están trabajando muy bien. A ver en qué lugar nos pone la competición en estas primeras jornadas. Es verdad que tanto yo como los cinco jugadores vascos sabemos lo que hay, pero tanto Kevin, que conoce la LEB Plata pero no jugó el año pasado, y los cinco nuevos que vienen se tienen que adaptar. Un poco lo podemos notar, pero espero que menos que la temporada pasada, que nos costó empezar a ganar.

Han reconstruido la plantilla dentro de las estrecheces económicas que les caracterizan.

Somos muy conscientes de nuestras posibilidades. Hemos fichado gente joven, que quiera crecer y nos ayude a su vez a crecer. Ahí estamos contentos, porque lo que hemos fichado va por ahí. Cuando llegue competición a ver cómo se adaptan. Nuestra realidad es dura, porque lo normal es perder más partidos de los que ganamos, y todos tenemos que asimilarlo.

Mantienen el bloque de jugadores de casa.

Para nosotros los de casa son esenciales. Ibon Guridi nos da mucho, es el alma del club; Yerai Aizpitarte, aunque juegue menos, a nivel de grupo es increíble verle trabajar; y Manex Ansorregi tiene juventud, capacidad de trabajo y potencial. Los tres llevan muchos años en el club. Y Beñat Hevia e Iñigo Royo también entienden dónde estamos.

Buckingham y Magassa vienen de una temporada entera sin jugar por lesiones. Su rendimiento es una incógnita pero van a ser jugadores importantes, ¿no?

El caso de Kevin es diferente, estuvo en LEB Plata con nosotros y quería quedarse. Está muy adaptado al pueblo y es una gozada. Le falta un poco aún, ahora lo estamos metiendo en entrenamientos, y física y mentalmente necesita más tiempo. Ibra en los últimos dos meses ya entrenó en su equipo ACB (el Betis) con normalidad. Tiene la rodilla bien, pero le falta ritmo de competición. Para nosotros son clave todos los jugadores, todos tienen que estar bien. Los dos que me dices, desde luego, nos pueden ayudar mucho, veremos cómo se van adaptando. Hay que tener paciencia con ellos, aunque a veces la competición no ayuda a tener esa paciencia.

El objetivo es claro: pelear por la salvación.

Bajan tres. Somos muy conscientes de que estamos ahí. Tampoco podemos estar todo el día pensando en que el objetivo es salvarse, porque estás dándole vueltas y acabas un poco loco. Queremos competir cada día, a ver dónde nos deja la liga. El año pasado nos costó mucho empezar ganando. Paciencia y poco a poco.

¿Qué bazas tendrá el Juaristi para salvarse?

Pelear, jugar rápido, ser intensos y que nuestra fortaleza sea el grupo. En esta liga solo con pelear no vale, tienes que hacer muchas cosas bien. Pelear no es negociable, pero tienes que tener más armas. Si no, sería muy fácil para todo el mundo.

Usted era el año pasado ayudante de Iñaki Jiménez, y ahora salta al primer plano.

Por ahora lo llevo bien. Cuando empiece la competición yo también tendré que ir adaptándome y gestionando la plantilla, las lesiones… Por ahora no es algo que me preocupe demasiado. El Iraurgi confía en la gente de casa, le estoy agradecido al club, también a Iñaki, que he aprendido mucho de él. Me da pena que lo haya dejado. Sé que esta oportunidad no la hubiera tenido en otro sitio. Quiero disfrutar y hacerlo bien.

Tiene una trayectoria amplia en el baloncesto vasco.

Empecé a entrenar con 15 años en el Easo, y a partir de ahí he estado en diferentes categorías. Nunca pensé en que iba a entrenar en LEB Oro en el Iraurgi, porque yo soy bioquímico y doctor en química, y he trabajado en eso hasta ahora, compaginándolo con el baloncesto. Este año lo he dejado para centrarme en el basket.

No es un camino fácil el de entrenador...

No, desde luego que no. Hay muchos entrenadores muy buenos que no tienen trabajo porque en las primeras ligas los puestos son los que son. De los que empezaron la LEB Oro el año pasado, solo cinco siguen en el mismo equipo. Es un mundo con muchos cambios y soy consciente de ello.

Su profesión de investigador, por desgracia, tampoco es la que mejores condiciones tiene.

La verdad es que no. Hacía investigación contra el cáncer. Las condiciones no son buenas, aunque me han tratado bien en los sitios en los que he estado, ahí no me puedo quejar. Desarrollar una carrera científica es difícil. La investigación está mejorando, pero todavía está muy lejos de la importancia que debería tener.

¿Y dónde se ve en el futuro?

No sé dónde estaré dentro de nueve meses, así que no lo pienso demasiado. Lo normal sería que volviese en algún momento a mi carrera como investigador o sea profesor en algún centro. Pero tampoco quiero pensarlo. Quiero centrarme en esto lo que dure y luego ya veremos. Iñaki Jiménez se centró en su momento en el basket y ahora ha vuelto a su trabajo, ahora yo he decidido aparcar el trabajo.

¿Firma llegar con opciones de permanencia a las últimas jornadas?

A ver si este año podemos sufrir menos, me dicen, pero si sufrimos sería bueno porque significaría que estamos con opciones. El curso pasado la afición estuvo increíble, los jugadores lo dieron todo, el club también, Iñaki hizo un trabajo buenísimo... Fue brutal. Es posible que nuestro sitio no sea la LEB Oro, pero estamos ahí por méritos propios.