-Los jugadores de los Oklahoma City Thunder y los Utah Jazz estaban ya a punto de acudir al salto inicial cuando de repente los árbitros decidieron esperar un poco. Nadie entendía lo que pasaba en el Chesapeake Arena y menos aún cuando esa espera se prolongó después de que el trío de oficiales charlara unos minutos con los dos entrenadores. Mientras la organización de los Thunder trataba de mantener entretenido al público, los jugadores tomaron camino de vestuarios y poco después el partido se canceló. Y es que el COVID-19 había llegado a la NBA. Poco después se supo que Rudy Gobert, pívot de los Jazz, había dado positivo por el coronavirus. El comisionado Adam Silver y sus asesores decidieron la suspensión con carácter inmediato de la competición hasta nuevo aviso.
En Dallas, los Mavericks y los Nuggets pudieron acabar su partido, aunque quizás sea el último de una temporada regular a la que le quedaba menos de un mes por delante. Hasta ayer, la NBA no tenía claro sobre cómo actuar ante el virus, si jugar a puerta cerrada o aplazar partidos. Pero una vez con el COVID-19 afectando a un miembro de su negocio no hubo dudas y se tomó una decisión drástica. Todos los equipos a los que habían enfrentado los de Salt Lake City en la última semana han sido puestos en cuarentena y toda la organización de los Jazz fue sometida a una prueba que sacó a la luz otro positivo: el de Donovan Mitchell. La constante actividad de la NBA obliga a extremar las precaucione, ya que se estima que todos los equipos podrían quedar contagiados en cinco días, por lo que la competición podría estar parada durante un mes.
La Euroliga tardó en dar su brazo a torcer, pero al final también tuvo que suspender sus competiciones. Lo hará, de momento, esta semana hasta nueva orden. El positivo de Trey Thompkins puso en evidencia a la competición, sobre todo porque el estadounidense del Real Madrid ya había criticado la decisión de obligarles a jugar la semana pasada en Milán, por más que el choque se disputara a puerta cerrada. Uno de los equipos más afectados ha sido el Baskonia, que tuvo muchas dificultades para viajar el miércoles a Tel Aviv y ayer tuvo que regresar sin poder jugar ante el Maccabi.