no fue hace tanto. Concretamente, poco más de seis años. La selección española jugaba la final del campeonato Eurobasket Sub'16 contra Rusia. Al final, tras prórroga, fue el combinado hispano el que se llevó el título. El líder del equipo, un joven catalán que ya reclamaba con su juego los focos y la atención de público y prensa. 51 puntos, 24 rebotes, doce asistencias y siete robos; los números merecían esa atención. Habemus promesam; su nombre, Ricky Rubio.
Hoy, aquel zagal es bien conocido por todos. Tras pasar por Joventut y Barcelona y ser elegido el quinto en el Draft de 2009, ahora arma el juego de los Minnesota Timberwolves. Cruzó el charco con muchas expectativas y, sobre todo, con muchísimo hype -una suerte de revuelo mediático-. Su descaro y sus asistencias imposibles encandilaron a todo el mundo. Además, pese a su juventud se trataba de un jugador muy experimentado, ya que empezó a jugar a nivel profesional mucho antes de cumplir la mayoría de edad.
Pero siempre hay un pero. En este caso, uno concreto: el tiro. Recientemente, el respetado analista de NBA Zach Lowe afirmó que "Rubio está en camino de ser el peor tirador de la historia" de la Liga. Y no le falta razón. Su 35,6% en el tiro a lo largo de su carrera NBA lo convierten ya en el peor desde 1980, entre los jugadores que promedian más de 20 minutos por encuentro. Se dice pronto.
A pesar del mencionado hype, ya se sabía que no se trataba de un base anotador, y que eso, en la NBA, no suele triunfar. Sin embargo, muchos ponían como ejemplo a Rondo: buen pasador, gran defensor, y poco dado a ver aro (salvo en los play-off de 2012). Y en efecto, no pareció importar. Sus asistencias por la espalda, entre las piernas de los defensores, y demás virguerías, eran carne de highlight. Y a los aficionados de los Wolves se les caía la baba. Hasta ahora.
34,6% en tiros
Malos porcentajes
Porque una cosa es tener una media baja en anotación y otra muy distinta, tenerla con semejante porcentaje de tiro. Rubio sabe del lastre que conlleva, y continúa practicando para mejorar. De hecho, ya en el pasado Eurobasket se pudo ver en su repertorio un nuevo lanzamiento que ejecutaba con bastante precisión: salida de bloqueo y suspensión desde la bombilla. Pero fue acabar el campeonato continental y desaparecer. Como su confianza.
Esta situación, que no es nueva aunque sí se torna ya en preocupante, hace que caiga estrepitosamente de los primeros puestos de los rankings. Es bien sabido que al otro lado del charco se vuelven locos con un buen top 10 de jugadas, jugadores, o lo que se venga a terciar. En este caso, la pregunta que se hacen es si Rubio es ya un top ten de bases en la NBA. Y pese a que la prensa de la piel de toro y los fans acérrimos del base no duden en afirmarlo, la realidad es bien distinta.
Los últimos Draft han venido repletos de bases de una calidad incuestionable, que hacen que el de El Masnou no sea ya una referencia. A los nombres de Rondo, Derrick Rose (está por ver cómo vuelve definitivamente), Westbrook, Ty Lawson y demás, se suman nuevas hornadas con nombres como Kyrie Irving, John Wall, Damilan Lillard, o el más reciente, Michael Carter-Williams, el novato de los Sixers. El puesto de uno tiene una representación en la Liga de una calidad muy pocas veces vista antes. Quizá, siendo justos, lo lógico sería, atendiendo a los números, colocar al catalán en un vagón promedio, junto con otros grandes bases como José Manuel Calderón o Brandon Jennings. Y siendo muy generosos.
Incluso en la selección española ha perdido el papel que se le atribuía en un principio. El mencionado Calderón y el acelerado Sergio Rodríguez están haciendo méritos para colocar a Rubio en el fondo de la rotación.
Causas
Confianza y lesiones
No sería justo, sin embargo, hacer un análisis acerca de esta cuestión sin mencionar la grave lesión de rodilla que le impidió jugar a lo largo de nueve meses. Pero también sería faltar a la verdad afirmar que el tiro que tenía era bueno. De hecho, no era mucho mejor que el actual. Habrá quien, según si quiere atacar o defender al de El Masnou, se remitirá a los casos de Russell Westbrook o Derrick Rose, que sufrieron lesiones parecidas, y volvieron de manera muy diferente. Según convenga.
Dirán, y no sin razón, que no todo es tiro y penetración en el baloncesto, donde Rubio también hace aguas. Pero que Rubio es mucho más, sostienen. Y es cierto. Está entre los primeros asistentes de la Liga, así como en robos; porque es un gran defensor y un enorme playmaker. Pero su mal tiro lleva a que los defensores le floten -esto es, le dejen espacio para evitar penetraciones, arriesgándose a que tire-, y eso no ayuda a reforzar la confianza.
Porque al margen de muñeca, y mecánica, el tiro depende mucho de la firmeza mental del jugador. No son pocos los que atribuyen a la falta de confianza los malos números del base; otros, por su parte, lo ven algo ya propio de Rubio.
Sea como fuere, solo mejorando el tiro responderá a esas dudas que ahora genera su juego. Aún no ha podido responder a todo ese hype creado en torno a su figura; el tiempo pasa y las dudas aumentan. Entrenamiento específico y confianza pueden ser los factores que le lleven a ser ese base que la prensa quiere vendernos... y aún no hemos visto.