bilbao. El Regal Barcelona, gran favorito al título, y el Bilbao Basket, la sorpresa de la temporada, abren esta noche, a partir de las 20.45 horas, la final de la ACB, que se decidirá al mejor de cinco partidos. Los dos primeros se juegan en Barcelona (hoy y el sábado) y luego la serie se desplaza a Bilbao, que acoge un partido el martes, y si fuera necesario otro, el jueves. Si aún no hay campeón ese día, el título se decidiría el sábado día 18 en el Palau.
Aunque por historia y currículum el Barcelona y el Bilbao Basket no son comparables -será la 21ª final para los azulgranas, quinta consecutiva, y la primera para los hombres de negro- el duelo se aventura mucho más igualado de lo que parece. Por un lado, el Bilbao Basket fue capaz de ganar en el Palau en liga regular (78-83), mientras que en el partido jugado en Miribilla se impuso el Barça, aunque de forma ajustada (63-65) y gracias a una gran acción individual de Anderson.
Además, el equipo entrenado por Fotis Katsikaris llega con la moral por las nubes después de dejar fuera de la carrera por el campeonato al Power Electronics Valencia y al Real Madrid y quiere prolongar ese estado de gracia que atraviesa. La euforia que se ha creado alrededor del equipo puede ser su mayor enemigo.
En los últimos días no han cesado en Bilbao las referencias a las similitudes con el TDK Manresa campeón en 1998, una de ellas encarnada en el alero ibicenco Paco Vázquez, quien con 24 años conquistó el título de liga con los del Nou Congost y trece años más tarde se encuentra a un paso de repetir gesta.
No obstante, Katsikaris y su grupo son también conscientes de las limitaciones del Bilbao Basket en esta final, entre ellas la mayor profundidad de banquillo del Barça y el menor desgaste realizado por el equipo de Xavi Pascual, que ha solventado sus dos rondas con relativa comodidad y dosificando a todos sus jugadores. Los vizcainos, sin embargo, se han vaciado en cada uno de los seis partidos disputados en los play-off y una de las incógnitas será ver si les queda gasolina suficiente. Sin Sonseca, aún lesionado, Hervelle, Banic y Mavroeidis deberán multiplicarse ante el poderoso juego interior culé.