hondarribia. Sin comerlo ni beberlo, con aparente lentitud, como si no pasara realmente nada, igual que una muerte dulce, el Txingudi Saskibaloia Elkartea se ha visto envuelto en una fea encrucijada de difícil solución, aunque totalmente asumible. El equipo hondarribiarra no ha conseguido ganar ninguno de los partidos que ha jugado en este 2010 y acumula ya seis derrotas consecutivas, con diferencia la peor racha desde que Joan Albert Cuadrat llegara a Hondarribia la pasada campaña. Esta negativa trayectoria del último mes y medio ha provocado que el Hondarribia-Irun haya pasado de pelear por un puesto europeo la próxima campaña, algo que tenía a sólo un partido a principios de año, a luchar por eludir el descenso de la Liga Femenina, porque ahora se ha colocado empatado con cinco triunfos con el Canoe y el Estudiantes en el penúltimo puesto de la clasificación, el segundo que implica descenso de categoría. Cuadrat, el técnico del club bidasoarra, trata de analizar esta comprometida situación de su equipo para buscar soluciones.

"Es verdad que estamos acusando mucho las numerosas bajas que estamos teniendo este año, sobre todo a la hora de hacer entrenamientos de calidad, pero no creo que lo que nos pasa tenga que ver con algo físico. Si en las jornadas anteriores el equipo era capaz de remontar en el último cuarto pese a tener pocos efectivos, ahora no podemos poner esa excusa", comienza Cuadrat, que no puede esconder, con una queja amarga pero responsable, los problemas enormes que tiene a la hora de programar los entrenamientos y de buscar sesiones de calidad que sirvan para el fin de semana. "Es increíble. La pasada semana fue la primera vez en toda la temporada que pude entrenar con todas las jugadoras, y así es muy difícil, porque lo que se encuentran durante la semana está a años luz de lo que luego tienen enfrente en un partido".

El entrenador catalán achaca más la crítica situación a la enorme profesionalidad e implicación de su plantilla, que le está provocando más ansiedad de la necesaria al ver que no son capaces de remontar el vuelo. "Nos pasó contra el Celta la pasada semana. Hicimos dos buenos cuartos, estábamos siendo mejores que ellas, con minutos de muy buen baloncesto, pero entonces llegaron los minutos finales, con el resultado apretado y aparecieron los nervios y la ansiedad por querer ganar ya para estar más desahogadas, y con ello las prisas por solucionar pronto el partido. El equipo acusa la presión y los nervios en los minutos finales del partido. Ahí está la clave". Cuadrat conoce bien el diagnóstico de su enfermo, y por eso sabe perfectamente cuál es el tratamiento que necesita. "Ahora hay que recuperar a las jugadoras desde el punto de vista moral, de cabeza, no meterles más presión de la que ya se ponen ellas, porque están muy implicadas. Eso lo tenemos que cuidar para pedirles que sean más valientes en los minutos decisivos, que no se arruguen, porque, como les digo, la que no tira seguro que no falla. No nos podemos esconder, porque este equipo tiene buen baloncesto, lo sabe y lo ha demostrado".

Y aunque la situación clasificatoria no pinta bien, no está especialmente preocupado. "No es lo ideal, se nos ha complicado, pero lo mejor en estos casos es seguir dependiendo de nosotras mismas. Y estamos en esa tesitura. La clave está en ganar un partido; sé que es más fácil decirlo que hacerlo, pero eso arreglaría muchos de nuestros males, porque nos daría alas. Esta semana viajamos a La Seu D"Urgell, en un partido muy importante, porque si ganamos, le metemos también al Cadi en nuestra pelea por la permanencia", dice convencido Cuadrat.

Por cierto, si alguien sigue pensando en Europa, mejor que se olvide por ahora, porque el séptimo clasificado está ya a cuatro partidos. "Pero no decimos adiós a nada, aunque está claro que se ha puesto muy difícil y no adelantamos nada pensando en ese objetivo cuando tenemos ahora otro más peligroso entre manos". Al menos, ya ha recuperado casi todas las bajas que le han machacado al equipo en este inicio de 2010. Helen Luz ya volvió el pasado fin de semana, Rad poco a poco va cogiendo su nivel habitual, y Revuelto podría reaparecer en La Seu. Son tres jugadoras fundamentales para este equipo y de su regreso a lo que fueron va a depender mucho el futuro del Hondarribia-Irun.