- Cinco años después del referéndum del brexit que supuso la salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE) -23 de junio de 2016-, se mantiene la división de los británicos, si bien hoy en día, un lustro después, la permanencia en la UE ganaría por un exiguo margen, casi similar al que permitió a los británicos desgajarse. Según una encuesta publicada ayer por la empresa de consultoría Savanta ComRes, continuar en la UE sumaría el 51% de las papeletas, frente al 49% de la ruptura. En el sondeo participaron 2.191 adultos y de los datos han sido retirados los indecisos. Hace cinco años, el 51,9% de los votantes optó por abandonar el bloque comunitario, frente al 48,1% que prefería continuar en la Unión Europea. El resultado de la consulta derivó en varios años de complejas negociaciones entre Londres y Bruselas para diseñar los términos de un divorcio que se materializó finalmente el pasado 31 de diciembre.

Un lustro después del referéndum, y a pesar de las turbulencias políticas que ha generado el brexit, el cambio en la opinión de los británicos es reducido. De hecho, el sondeo de Savanta ComRes muestra un país tan dividido como lo estaba en la previa a la consulta. El 7% de las personas que votaron por el brexit en 2016 cambiarían ahora su papeleta, mientras que el 6% de quienes eran favorables a la UE han cambiado de bando.

Quien no ha cambiado un ápice en sus postulados es el primer ministro británico y principal artífice del brexit, Boris Johnson, que hizo público ayer un comunicado en el que aseguraba que el voto a favor del brexit, “fue, y es, una oportunidad para estimular el empleo y ofrecer un futuro mejor a su población”.

En la nota, el premier británico recalcaba que su “misión” es aprovechar la libertad que aportó el brexit para mejorar el futuro del país. “Este Gobierno materializó el brexit y ya hemos recuperado nuestro dinero, leyes, fronteras y aguas. Ahora, mientras nos recuperamos de la pandemia, aprovecharemos el verdadero potencial de nuestra recuperada soberanía para unir” al Reino Unido, insistió Johnson, que concluía el comunicado señalando que “la decisión de salir de la UE puede ser ahora parte de nuestra historia, pero nuestra misión clara es la de utilizar las libertades que trae para trazar un futuro mejor para nuestra población”.

En este contexto, los comunitarios que viven en el Reino Unido y que aún no han solicitado la residencia, recibirán de las autoridades británicas una notificación para decirles que tienen 28 días para pedirla, informó ayer el Gobierno británico. El próximo 30 de junio expira el plazo para que los comunitarios que llevan más de cinco años de residencia en el Reino Unido, o menos de cinco pero que hayan entrado antes de finales de 2020, hagan la petición digital al Ministerio de Interior para obtener el permiso que les autorice a residir legalmente en el país tras el brexit.

Cerca de 5,6 millones de ciudadanos comunitarios y sus dependientes han pedido ya el permiso de residencia, pero unos 400.000 casos pendientes, según las autoridades. En virtud de lo pactado entre Londres y Bruselas, los comunitarios conservarán los derechos de residencia, empleo y el acceso a la sanidad pública y otros beneficios.

Aunque Inmigración empezará a emitir notificaciones para decirles que tienen 28 días de límite para solicitar el estatus para residir, el Gobierno británico indicó recientemente que evaluará las solicitudes fuera de plazo de los comunitarios si cumplen ciertas condiciones, entre ellas razones médicas o en el caso de menores cuyos padres o tutores no hicieran la petición en su nombre. Entre las solicitudes que se evaluarán si son presentadas después del 30 de junio figuran, por ejemplo, los casos de personas con problemas físicos o mentales o grave estado de salud.

Por contra, la ministra británica de Interior, Priti Patel, aseguró ayer que a algunos ciudadanos del Reino Unido que viven en la Unión Europea se les ha denegado el acceso a beneficios y servicios, y pidió a los países comunitarios que cumplan con sus obligaciones hacia estas personas.

Con motivo del quinto aniversario del referéndum sobre el brexit, Patel publicó ayer un artículo en el rotativo The Daily Telegraph, en el que denunciaba estos hechos. “Estamos al tanto de que algunos ciudadanos del Reino Unido en la UE se han enfrentado a problemas en el embarque y entrada en la UE; y ha habido una serie de casos de nacionales del Reino Unido en la UE a los que se les pide documentos de residencia que no necesitan tener, no tienen acceso a beneficios y servicios, y tienen problemas con su derecho al trabajo”, señalaba.

A juicio de la ministra británica, “es justo que la UE cumpla con sus obligaciones en materia de derechos de los ciudadanos, tal como lo ha hecho el Reino Unido con los ciudadanos de la UE en el Reino Unido”.

Ministro británico. El ministro británico para Irlanda del Norte, Brandon Lewis, admitió ayer que es razonable considerar que habrá cambios en el protocolo del brexit sobre la provincia porque “no es sostenible” en su forma actual. El objetivo es evitar una frontera física entre Irlanda del Norte y la República de Irlanda, a fin de no perjudicar el proceso de paz en la provincia británica. “Somos muy claros en que la posición actual del protocolo no es sostenible, ya que está causando problemas para los negocios, los consumidores y los ciudadanos en Irlanda del Norte y necesitamos rectificar eso”, aseguró el ministro, que incidió en que “es de interés para todos ver que sea rectificado”.