- El ministro de Exteriores de Hungría, Peter Szijjarto, reiteró ayer durante una visita oficial a Madrid su rechazo al mecanismo de reparto obligatorio de migrantes y refugiados, argumentando que generaría un “efecto llamada” y que mermaría el margen de actuación húngaro a la hora de decidir “a quién deja entrar, con quién quiere convivir”.

La gestión de los flujos migratorios ha sido durante estos últimos años uno de los recurrentes puntos de fricción entre los distintos gobiernos de la UE, con países como España a favor de cuotas obligatorias y otros que, como Hungría, rechazan de plano esta posibilidad, lo que ha dejado prácticamente bloqueada dicha iniciativa.

“La solidaridad tiene diferentes formas”, declaró Szijjarto durante una rueda de prensa junto a su homóloga Arancha González Laya, que se limitó a decir que ambas partes siguen “negociando” el Pacto sobre Migración y Asilo.