- Alemania se plantea ya cómo pagará las deudas contraídas por la pandemia y, descartadas las subidas de impuestos en año electoral, el debate gira en torno a la reforma de los límites constitucionales al déficit y la venta de sus acciones en empresas cotizadas.

El Gobierno alemán ha puesto en marcha uno de los programas más generosos a nivel internacional para minimizar los efectos de la crisis. Ha dedicado más de 103.000 millones de euros a empresas, autónomos y empleados, según el Ministerio de Economía. A esto hay que añadir los miles de millones de las nacionalizaciones parciales de grandes empresas, los préstamos en condiciones especiales, los bonos por hijo a las familias y la reducción del IVA. 2020 y 2021 son los dos años con mayor déficit en décadas: 217.800 (4,8% del PIB, según la Oficina Federal de Estadística, Destatis) y 179.800 millones de euros, respectivamente.

El Bundestag (cámara baja) ha suspendido el “freno de la deuda” para estos dos ejercicios, el artículo de la Constitución que obliga a atenerse al “déficit cero” salvo emergencias como la actual. Pero la deuda pública se va a disparar hasta el 73%.

La situación es compleja por las incertidumbres del coronavirus (duración, variantes, olas, efectos económicos...), pero también por el año electoral alemán, con comicios en seis de los 16 Länder y las generales del 26 de septiembre.

En este incierto contexto en los ámbitos sanitario, económico y político están surgiendo propuestas para afrontar el desequilibrio presupuestario. Las dos con mayor resonancia han partido de ministros conservadores próximos a Merkel y al nuevo presidente de su Unión Cristianodemócrata (CDU), Armin Laschet. El ministro en Cancillería, Helge Braun, abogó en el diario Handelsblatt por modificar el “freno de la deuda”.

El ministro de Economía, Peter Altmaier, planteó por su parte en el periódico Welt am Sonntag vender algunas de las participaciones del Estado alemán en empresas cotizadas.