n un año marcado por el COVID-19, la Unión Europea ha desarrollado una agenda basada en la respuesta a la pandemia, el control de los casos y la aprobación de fondos que redujeran el impacto del virus en la economía. La victoria de Biden, la crisis migratoria y las últimas oportunidades para evitar un brexit sin acuerdo han sido otras de las ocasiones que han perfilado el desarrollo del 2020 en Europa.

Alemania anuncia el primer caso de COVID-19, no importado, en su territorio. Un ciudadano alemán de 33 años, y procedente de Bavaria, sería el primer contagio registrado dentro de la UE. El hombre entró en contacto con el virus en una reunión con una ciudadana china dentro del país germano. Otros casos ya habían sido confirmados en otros países en Europa, como Italia o España, pero hasta entonces se trataba de ciudadanos que llegaron ya infectados. Las cifras de contagiados comenzarían a multiplicarse poco después.

La UE aprueba el cierre fronterizo de las autoridades griegas en la frontera turco-helena ante la llegada de miles de refugiados sirios desde Turquía. En una ofensiva diplomática ante lo que se describió como un “chantaje” de Erdogan, los presidentes de las instituciones europeas se desplazaron a territorio griego para respaldar al país en sus acciones contra la llegada de inmigrantes a sus costas. Bruselas anunciaba su apoyo logístico y financiero, con un presupuesto de más de 700 millones de euros, a Atenas, a la que Ursula von der Leyen describió como “el escudo de Europa”.

Mientras, miles de migrantes se agolpaban en la frontera sin ninguna garantía democrática, sin servicios de acogida y con la única ayuda de las ONG, que tildaron la respuesta europea ante la crisis como “inaceptable”. “Lo que estamos viendo en Grecia es la voluntad de la UE de disuadir a toda costa a las personas que buscan seguridad. En lugar de proporcionarles la asistencia más básica, les empujan a más riesgo”, resumía Médicos Sin Fronteras. Algunas de las medidas de Grecia, como disparar y empujar a las embarcaciones cargadas de migrantes o congelar durante más de un mes la recepción de solicitudes de asilo, fueron ampliamente criticadas por distintas organizaciones internacionales como la ONU.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) declara Europa como el epicentro de la pandemia de COVID-19. Los casos confirmados del virus en el territorio europeo sobrepasaban los 132.000 positivos, con 123 países afectados. Además, la cifra de fallecidos por el coronavirus en Europa superaba la barrera de los 5.000 ciudadanos. El mismo día gobiernos como el español, el francés o el alemán declaraban el estado de alarma en su territorio y aprobaban medidas de contención como los confinamientos o la movilización de los servicios militares.

Los 27 líderes de Estado y de Gobierno dan luz verde a cerrar las fronteras exteriores a ciudadanos de terceros países. El Consejo Europeo se reunía para abordar la crisis sanitaria y socioeconómica del COVID-19 y anunciaba el cierre de fronteras hacia los países extracomunitarios. El Reino Unido se descolgaba de esta medida, que tampoco afectaría al tránsito de mercancías, al movimiento de personal sanitario, científico o diplomático o a aquellos ciudadanos europeos que regresaban a sus países de origen. Se trató de una medida histórica, sin precedentes desde la creación de la UE y a la que siguieron otros controles fronterizos internos que pusieron en jaque las libertades ofrecidas por el Espacio Schengen.

El 1 de abril daba comienzo el segundo trimestre del 2020. Con España a la cabeza, la UE veía cómo el PIB de la zona euro sufría un histórico desplome del 11,8% entre abril y julio. En el conjunto de los países europeos, el descenso fue de un 11,4% en comparación con el ejercicio anterior. Mientras tanto, el PIB español acusó una bajada del 18,5%. Con la mayoría de los países en estado de confinamiento, las empresas no esenciales detenidas y el turismo y la hostelería cancelados, el paro alcanzó máximos históricos, con una subida en Europa de casi un 3%. La crisis sanitaria desarrollaba así una crisis económica, que impactó en mayor medida a los países más afectados por la covid, como España, Italia o Portugal.

Boris Johnson, primer ministro británico, había establecido el día 15 de octubre como la fecha límite para que el Reino Unido firmara un acuerdo comercial con la UE. El día llegó, y como en muchos otros ultimátum del brexit, no pasó nada. Durante la que fue la primera jornada de la Cumbre de la Unión Europea, los líderes del bloque comunitario, con Michel Barnier, jefe negociador de la UE, a la cabeza, se mostraron abiertos al diálogo y a favor de llegar a un acuerdo que redujera el impacto económico de la salida del Reino Unido de la UE en ambas potencias. No obstante, los líderes europeos afirmaban que querían un acuerdo, pero “no a cualquier precio”, y establecían ciertas líneas que no estarían dispuestos a cruzar para llegar a un entendimiento.

La UE lanza un fondo histórico para bonos sociales. La Comisión Europea conseguía reunir 17.000 millones de euros para financiar SURE, un instrumento de reaseguro de desempleo. Bruselas se congratulaba por la buena acogida de los inversores y afirmaba haber dado un primer paso para entrar en la primera división de los mercados mundiales de capital de deuda. A través de este programa, Bruselas luchaba contra el paro provocado por la crisis sanitaria del COVID-19, con una cifra récord en la historia del proyecto comunitario. El dinero recaudado se destinaría a 17 Estados miembro en forma de créditos favorables para financiar los ERTE o las ayudas a autónomos ante la destrucción e incertidumbre laboral desatada por la pandemia.

Tras días de recuento de votos, acusaciones de fraude por parte de Trump e infinitas complicaciones logísticas causadas por la crisis del covid, el 9 de noviembre, y tras la proclamación de su victoria en Pensilvania, Joe Biden es elegido oficialmente como el próximo presidente de los Estados Unidos. Su vicepresidenta, y primera mujer en el cargo, sería Kamala Harris. Después de meses de polémicas, una crisis racial bajo el lema Black lives matter, desacuerdos sobre la respuesta a la pandemia, etc, la ciudadanía estadounidense optó por deshacerse de Donald Trump y no concederle un segundo mandato.

Europa se congratulaba con la noticia y declaraba sus intenciones de establecer relaciones diplomáticas más fructíferas con la nueva administración del demócrata.

La cumbre europea de invierno termina con la aprobación de unos presupuestos por valor de 1.074 billones de euros. El Fondo de Recuperación, también fue ratificado por los 27 líderes europeos, logrando finalmente sortear el veto de Hungría y Polonia, que se oponían a que este paquete estuviera vinculado al cumplimiento del Estado de Derecho en los países miembros. Se confirmaba así el acuerdo político producido el 21 de julio en una cumbre de cinco días, y por el que la UE se comprometía a crear un presupuesto histórico de 750.000 millones euros para el fondo de recuperación de la Europa poscovid.

Tras la aprobación de la EMA (Agencia Europea del Medicamento), la Unión Europea anunciaba su intención de comenzar con las vacunaciones los días 27, 28 y 29 de diciembre. La Unión Europea cuenta ya con más de 300 millones de dosis de la vacuna de BioNTech/Pfizer. Desde Bruselas se confirmó que la distribución comenzaría el día 26 entre los Estados miembros y así fue. De este modo, gran parte de los países europeos, entre ellos España, comenzaron a vacunar el domingo 27 de diciembre.