- Boris Johnson se muestra satisfecho con el acuerdo del brexit. Ni siquiera las voces críticas que han surgido por las concesiones británicas en pesca apagan la euforia que predomina en las filas gubernamentales. “Hemos cumplido con todos los compromisos de nuestro programa: control del dinero, las fronteras, las leyes, el pescado y todo lo demás. Pero aún más importante: ahora tenemos una base para la amistad y la asociación a largo plazo con la UE como iguales soberanos”, destacó.

El propio Gobierno británico ya calculó que un acuerdo como el alcanzado en Nochebuena tendrá un impacto sobre el PIB de un 5% menos en los próximos 15 años que si se continuase en la UE.

Bruselas ya le dejó claro en 2017 a la entonces primera ministra británica, Theresa May, que su estrategia de “escoge el pastel y cómelo” nunca iba a funcionar: dejar la UE tiene que acarrear fuertes contrapartidas si se quieren evitar nuevas veleidades.

Sin embargo, el pragmatismo y la presión de las empresas también obligaba a los Veintisiete a perturbar lo menos posible los intercambios comerciales.

No en vano, países como Irlanda exportan más del 10% de sus mercancías al Reino Unido. Para España esas ventas representaron el 6,4% del total de sus exportaciones en los siete primeros meses de 2020.