El Tribunal de la Sección Primera de la Audiencia de Gipuzkoa, que juzga al fotógrafo donostiarra José Juan Cabezudo, conocido como 'Kote', acusado de 32 delitos de índole sexual a 16 mujeres que posaron como modelos para él entre 1990 y 2010, ha aceptado, "con dudas", mantener a puerta cerrada las declaraciones de testigos en esta novena jornada de la vista oral, como así ha solicitado el letrado de la acusación particular, Mario Díez.

"Vamos a acceder a la puerta cerrada, pero somos conscientes de que estamos en el límite, y que no queremos ir más allá de ese límite", ha afirmado.

Al principio de la sesión, que ha arrancado hacia las 9.45 horas de este martes, el magistrado Augusto Maeso se ha pronunciado sobre la petición de la acusación particular, que ejerce el letrado Mario Díez, que representa a 13 presuntas víctimas, para que los testigos sigan declarando a puerta cerrada.

Previamente, el fiscal Jorge Bermúdez, que ejerce acusación por 16 presuntas víctimas, ha manifestado que el primer testigo, un hombre expareja de una de las presuntas víctimas, "no ha tenido, ni ha sufrido absolutamente ningún tipo de consecuencia por los hechos que se derivan de esta causa, su intimidad no está en peligro", y "no hay óbice para que declare a puerta abierta en esta sesión".

Todo ello, "sin perjuicio de que, en caso de tener que exhibir algún tipo de imagen y demás, se hicieran las advertencias oportunas a los medios de comunicación que pudieran recibir la señal de que esas imágenes no deben de ser reproducidas bajo ningún concepto".

El letrado de la acusación particular, Mario Díez, sin embargo, ha reclamado que, "habida cuenta de la condición de este testigo, que fue en su momento pareja sentimental" de una de las presuntas víctimas, y que "va a relatar seguramente episodios que tengan que ver con la intimidad" de esa mujer, se mantenga la puerta cerrada.

A su juicio, la celebración de la sesión a puerta abierta "podría conllevar la plena identificación, aunque sólo sea por datos periféricos que puedan derivarse" de la declaración del testigo en cuestión.

Por ello, ha insistido en que la declaración se efectúe "a puerta cerrada, con independencia de que, no siendo víctima en el sentido dado sobre el Estatuto de la víctima", declare sin otras "medidas de protección" como no hacerlo ante el acusado.

Por su parte, el letrado de la defensa, Eneko Olano, ha abogado por que "se siga en cada momento los deseos de cada testigo" y, así, ha manifestado su no oposición a la testifical a puerta cerrada para "guardar" la intimidad de las presuntas víctimas.

El magistrado Augusto Maeso, por su parte, ha reconocido que están siendo "muy laxos" con la celebración de este juicio a puerta cerrada. "Aparte de la intimidad de la víctima, nos interesa también proteger que las personas que declaren lo hagan con absoluta libertad y tranquilidad, sin la presión que pueda suponer que los medios de comunicación puedan estar informados también del nombre de la persona que declara", ha apuntado.

"EN EL LÍMITE"

En este contexto, ha manifestado que son "conscientes" de que están "en el límite de la puerta cerrada". "Vamos a acceder a la puerta cerrada pero somos conscientes de que estamos en el límite y que no queremos ir más allá de ese límite, de modo que, accedemos a ello pero insisto que con dudas", ha afirmado.

"No queremos traspasar este límite salvo que sea imprescindible", ha apuntado. Finalmente, ha recordado que "la regla general es la puerta abierta y las periciales, desde luego, las queremos hacer a puerta abierta, son profesionales", ha concluido.

La Fiscalía solicita un total de 121 años de prisión para Cabezudo por 32 delitos de índole sexual, pornografía infantil, estafa y contra la integridad moral, mientras que la acusación particular solicita penas que suman 2.338 años de cárcel, y la defensa su absolución.