La Fiscalía pide penas que suman 17 años y medio de cárcel para un hombre al que acusa de violar a su compañera sentimental, amenazarla y maltratarla en el piso que ambos compartían con una segunda mujer y la familia de ésta en Errenteria.

El Ministerio Público imputa al hombre un delito de agresión sexual, otro de maltrato habitual, dos de maltrato no habitual y uno más de amenazas leves. Por su parte, la acusación particular, que ejerce la víctima, reclama 16 años de prisión por los mismos delitos.

Durante el juicio por estos hechos, celebrado este lunes en la Sección Tercera de la Audiencia de Gipuzkoa, la víctima ha explicado que el acusado y ella tenían "problemas" y discusiones "como todas las parejas, si bien en algunas ocasiones el hombre se había puesto violento y había roto algunos muebles, e incluso en una oportunidad le llegó a advertir de que si llegaba a verla con otro la mataría.

La damnificada ha precisado que en alguna de estas oportunidades ella se marchaba de casa, incluso durante dos días en los que se iba a vivir con su madre, si bien ha aclarado que estas disputas tenían lugar "de igual a igual" porque ella también tiene "carácter".

No obstante, ha recordado que en una ocasión, durante una de las discusiones que ambos mantuvieron en agosto de 2019 en la playa de la Zurriola el inculpado le propinó un puñetazo, mientras que en otra ocasión, en el domicilio familiar, el hombre le dio un puñetazo a un armario que rompió una puerta y también le golpeó a ella en la cabeza.

El episodio más grave relatado por la víctima habría tenido lugar sobre las 14.00 horas del 18 de octubre de 2019, cuando el procesado le propuso mantener relaciones sexuales y ella se negó, a lo que él le respondió que era su mujer, que cuando él tenía ganas ella "tenía que hacerlo" y que si no quería le daba igual y que la iba a "violar".

La mujer ha relatado que él intentó abrirle las piernas mientras ella se resistía y lloraba, si bien ante la insistencia del hombre finalmente se lo permitió, en contra de su voluntad, porque tenía "miedo" y para que "terminara y se marchara", tras lo que se duchó y llamó por teléfono a una amiga a la que relató lo sucedido y más adelante dio por terminada la relación sentimental con el hombre.

Por su parte, el acusado ha defendido su inocencia, ha asegurado que "nunca" ha pegado a la víctima y ha admitido que el día de los hechos mantuvo relaciones sexuales con la chica si bien éstas fueron "consentidas" y que ella no le dijo "que no".

El inculpado también ha reconocido que en ocasiones discutía con su compañera, pero lo "normal" entre las parejas, casi siempre porque él "salía mucho", había dejado de trabajar y se encontraba "en el mal camino".

El hombre, quien ha admitido que uno de estos episodios rompió la puerta de un armario de un golpe, ha dicho no explicarse por qué su excompañera presentó una denuncia contra él.

En la parte final de la vista, la fiscal ha asegurado que existe "prueba suficiente" para condenar al inculpado, porque la declaración de la víctima "ha sido coherente, detallada y sin contradicciones", además de no tener "motivos espurios" contra el perjudicado.

En la misma línea se ha pronunciado el letrado de la acusación particular, quien ha destacado el relato "totalmente conciso" de lo ocurrido realizado por la mujer que, a su entender, resulta "suficiente" para desvirtuar la presunción de inocencia del hombre.

Por su parte, la defensa ha opinado que los hechos denunciados no han quedado acreditados "en modo alguno" durante el juicio, ya que no han sido refrendados más que por las palabras de la mujer, al tiempo que ha insistido en que las discusiones que tuvieron lugar en el seno de la pareja fueron "de igual a igual".

Asimismo, ha recalcado que no constan partes médicos de las supuestas lesiones de la chica, y ha insistido en que las relaciones fueron consentidas ya que la mujer decidió consentir en ellas y dijo que "sí" al acusado autorizándole a seguir con ellas.

El defensor ha indicado a este respecto que, tal vez no fuera "de la mejor manera", si bien, ha argumentado que de ahí a condenarle a una pena tan alta por violación "va un trecho".