La estafa tiene nombre. Se llama La estafa del hombre del medio. Al menos, así se lo indicaron en la Ertzain Etxea de Hernani a Iñaki Barreiro, de la empresa IBZ Cristal que tiene su sede en Astigarraga y que el 9 de diciembre vio desaparecer, de momento sin visos de recuperarlos, 52.000 euros que un cliente le había abonado en su cuenta. La cuenta de ingreso, una vez más, no era la suya. El número había sido sustituido por otro, nadie sabe dónde ni cómo, en esa nebulosa del cíber espacio y también la dirección de email.

  • Lea más: "Confiamos por naturaleza, es el punto débil que explotan"

Iñaki Barreiro ni puede ni quiere ocultar su indignación y la "impotencia" que siente ante una situación en la que, siendo la víctima, se siente ninguneado. "Las entidades bancarias no me dan razón de cómo ha pasado y aferrándose a la Ley de Protección de Datos tampoco me informan de quién ha abierto la cuenta en la que mi cliente ingresó un dinero que confiaba que iba a llegar a la mía".

La historia es idéntica en cada detalle a la que NOTICIAS DE GIPUZKOA recogió ayer que hacía referencia a una empresa familiar de Martutene a la que se le habían sustraído 10.500 euros por el mismo procedimiento. La empresa "unipersonal" de Iñaki Barreiro había realizado un trabajo para un cliente de confianza, acordando con el mismo que el abono se realizaría cuando a este, a su vez, le pagaran la obra efectuada.

Había confianza, porque es "un cliente muy bueno". El mes de noviembre Barreiro remitió la factura, "como recordatorio", porque ya sabía que el pago se haría a fecha 9 de diciembre, cuando su cliente acusara su propio pago. Así lo hizo, pero el dinero nunca llegó a IBZ Cristal. "Pasaron los días y me tuve que ir de viaje de negocios. El ingreso no llegaba y el cliente me había dicho que estaba hecho. Mi mujer trataba de tranquilizarme diciendo que llegaría. No fue así, y cuando volví a dirigirme al cliente este me enseñó la orden de pago". Fue en ese momento, al igual de lo ocurrido en el caso de la empresa de Martutene, cuando Barreiro se dio cuenta de que el número de cuenta había sido cambiado y también la dirección de correo electrónico desde el que se mandaba el mensaje.

Y desde entonces hasta hoy todo ha sido un camino de espinas. "Acudí a denunciarlo a la Ertzaintza el 14 de diciembre. Inicialmente me dijeron que no podía duplicar la denuncia ya que mi cliente ya lo había hecho en Navarra ante la Guardia Civil. Aunque les expliqué que la denuncia en mi caso era por suplantación de personalidad, no conseguí ponerla". Pero acudió a otra comisaría de la Policía vasca, donde se le atendió y donde le informaron del funcionamiento de la estafa y pudo poner la denuncia. "Son denuncias por motivos diferentes. La mía es por suplantación de identidad, porque se me han modificado las facturas, y mi cliente la ha puesto por que ha hecho un ingreso a una cuenta que no es"

"Sería importante poder sumar fuerzas con otras empresas afectadas para poder hacer frente a tanta impunidad", añade Barreiro. "Sobre todo me parece incomprensible la impunidad de la banca. Nadie te informa de nada y nadie responde de nada. No asumen ninguna responsabilidad", lamenta este empresario donostiarra que no comprende, tal y como ya había subrayado K.G de la empresa de Martutene, cuáles son las condiciones que se ponen para abrir una cuenta online ya que no existe ninguna garantía de que no se haga con una identidad falsa.

En su caso, explica, ha llegado un acuerdo con su cliente la asunción del robo "al 50%", para lo que firmarán un contrato. "Si no, lo siguiente sería pleitear para que sea el juez el que decide a quién han robado".

Barreiro asegura además que los que han salido a la luz no son casos aislados ya que ha llegado a sus oídos otros, algunos que afectan a empresas muy potentes del territorio y otros, incluso, a instituciones".

"La palabra que define cómo estamos es importencia, una impotencia terrible, y enfado e indignación", apostilla Barreriro que está dispuesto a seguir batallando. "Que nadie se relaje porque lo que ocurre a una empresa puede pasar, y pasa, también a un particular. Pon que compras un coche. Pides un crédito, ingresas el importe en el concesionario y nunca llega el pago. Te quedas sin coche y con un crédito".

Por ello pide que cuando se haga cualquier pago de factura online los interesados, ambas partes, se cercioren antes de que es la cuenta donde se debe hacer el ingreso y que no ha sido sustituida.

El caso de IBZ Cristal se conoce un día después de que otra empresa familiar, en este caso con sede en Martutene, denunciara a este periódico había sido víctima de la misma estafa, un mes después de que ocurriera la de IBZ.

El procedimiento es idéntico y coincide también que en ambos casos existía una relación entre la empresa que efectuaba el pago y la que la recibía, es decir, no se trataba de un abono puntual por un trabajo esporádico.

Si conoce un caso de de estas características contactar con internet@noticiasdegipuzkoa.eus.