- La importancia de personas como Susana Hernández, en este caso, o del proyecto que dirige están fuera de toda duda. La vida para estos chicos mayores de edad no es nada sencilla. Todo lo contrario. “Somos recursos residenciales en los que ellos viven e intentan hacer una vida lo más normalizada posible”, subraya. La mayoría de los cuatro proyectos (Vais, Harrera, Emancipación y Acompañamiento) acogen a personas extranjeras, que han llegado a Donostia siendo menores. “De hecho, muchos de ellos han estado en centros de menores”, recuerda.

Una vez cumplida la mayoría de edad, existe la posibilidad de acudir a los centros de emancipación, pero “tienen que cumplir las normas que existen en los pisos”, quiere dejar claro esta responsable. “Nosotros les ayudamos a todos los niveles. Las personas que trabajamos somos educadores, trabajadores sociales, pedagogos y psicólogos e intentamos ayudarles en su itinerario de vida”, explica Susana Hernández a este periódico.

Pese a la complicada situación en la que viven, Susana entiende que “están en un muy buen momento para ellos”. Y se explica: “Han tenido dificultades para solicitar permisos de residencia, pero por una nueva normativa, muchos de ellos han conseguido permisos de residencia de trabajo. Algunos están terminando de estudiar, otros haciendo prácticas o incluso buscando trabajo”, destaca por encima de todo.

Susana no ha tenido problemas a la hora de elaborar una amplia lista para tomar parte en este torneo, en total unos 18 residentes. “Normalmente nuestros chicos se animan a muchas cosas y a esto también. Había una única chica, pero la pobre no ha podido participar por un problema médico”, relata Susana, que destaca el buen momento, por ejemplo, que atraviesa Ilyass, el protagonista de esta historia: “Está muy contento porque hace poco le han dado el permiso de residencia y trabajo. Está en un momento vital importante”.