El paradero del joven migrante que sufrió un accidente en la zona de Endarlatsa sigue siendo un misterio, aunque según avanzan los días va cobrando fuerza la hipótesis de que podría no haber desaparecido, o al menos no habría fallecido ahogado en el río Bidasoa como inicialmente se sospechaba. El temor de que así fuera obligó a activar un amplio dispositivo en el que intervinieron la Ertzaintza, Guardia Civil, Policía Foral de Navarra y Cruz Roja.

Dos semanas después del operativo, y sin descartar ningún escenario, la búsqueda ha resultado estéril. Sí consta que el chico pudo sufrir un accidente en la zona de Endarlatsa cuando remontaba la ladera en compañía de otros dos migrantes, que al parecer dieron la voz de alarma. Ocurrió el 18 de abril. Era lunes de Pascua.

El accidente se habría producido mientras la víctima trataba de burlar junto a sus compañeros los controles policiales. Los tres cubrían la senda del abrupto paraje fronterizo que linda con Navarra. Unos hechos que llegaron a oídos de activistas del otro lado de la muga, que se pusieron en contacto con la Red de Acogida Ciudadana de Irun. "¡Se ha muerto! ¡Se ha muerto en el monte!", relataron los chicos que, al parecer, vieron a su compañero ladera abajo.

Según las fuentes consultadas, aunque en un principio la versión de los hechos "no parecía tener suficiente consistencia" se trasladó a la Ertzaintza la preocupación que había suscitado el relato de los migrantes que dieron una primera versión de los hechos cuando ya se encontraban en Baiona. Los agentes tomaron nota. Inicialmente no se desplegó ningún operativo de búsqueda.

URGENCIA EN EL ÁMBITO CLANDESTINO

Algo que sí ocurrió una semana después, cuando la integrante de un colectivo que trabaja con migrantes en Iparralde volvió a advertir de lo ocurrido. Las labores de búsqueda comenzaron el miércoles 27 de abril. El dispositivo se dispuso con la lógica preocupación de dar respuesta a una realidad que, por las propias circunstancias que le rodean, ofrece pocas certezas. Es de sobra conocido que hoy por hoy el hecho migratorio en Irun se desenvuelve en el ámbito clandestino debido a la presión policial en la frontera.

De hecho, para evitar este tipo de situaciones se han hecho insistentes llamamientos, tanto desde el Gobierno Vasco como desde los ayuntamientos de Irun y Hondarribia para que se habiliten corredores seguros que ofrezcan garantías a estas personas para que no tengan que poner en peligro sus vidas.

Según informan fuentes del Departamento de Seguridad del Gobierno Vasco, en la comisaría de la Ertzaintza de Irun no se interpuso ninguna denuncia por desaparición. Pese a ello, y aunque el relato de los hechos no pareciera lo suficientemente contundente, la prioridad era responder a un drama que se ha cobrado siete muertes en el paso fronterizo, donde el año pasado fueron atendidos más de 8.000 migrantes.

Así, recursos de los servicios de emergencias del País Vasco emprendieron el dispositivo de búsqueda, coordinado por un técnico de Atención de Emergencias del Gobierno Vasco e integrado por la Sección Acuática de la Unidad de Vigilancia y Rescate de la Ertzaintza, así como por recursos de la Cruz Roja de la vecina localidad de Hondarribia.

Efectivos de la Policía vasca rastrearon la zona fronteriza entre Gipuzkoa y Navarra aguas abajo, mientras los de la Cruz Roja hicieron lo propio en la desembocadura del Bidasoa y la isla de los Faisanes. El operativo peinó varios kilómetros del río Bidasoa. Los efectivos desplazados rastrearon desde Endarlatsa hasta la desembocadura en la bahía de Txingudi. Las labores de búsqueda se reanudaron los días posteriores con la participación de la Policía Foral de Navarra y la Guardia Civil. La búsqueda resultó infructuosa.

La Red de Acogida Ciudadana de Irun no quiere dar "mayor trascendencia" a este caso y cree que es necesario pasar página para "no desviar el foco" en la crisis latente provocada por el endurecimiento de la política migratoria por parte del Gobierno francés, que se ha cobrado la vida de personas en el Bidasoa. Fuentes consultadas del Departamento de Seguridad del Gobierno Vasco explican que "la obligación de la Ertzaintza y de los Servicios de Emergencias del Gobierno Vasco es habilitar un dispositivo de búsqueda cuando se tiene constancia de una posible desaparición".