700 profesionales de 11 países se han reunido esta semana en Donostia en la cuarta edición del Encuentro Internacional de Economía Circular (EIEC) organizado por la Diputación Foral de Gipuzkoa. Bajo el título Acelerando el futuro de la sostenibilidad, este evento ha logrado posicionarse como una referencia internacional en el camino hacia un modelo económico circular.

Así, a lo largo de dos intensas jornadas, los participantes han tenido ocasión de compartir ideas e iniciativas inspiradoras en torno a la transformación verde de la economía. En la primera de las jornadas, celebrada el miércoles en el Kursaal, se abordaron temas como la nueva economía del plástico, el liderazgo de las mujeres para elevar la sostenibilidad al primer nivel estratégico de las empresas o la bioeconomía.

Jose Ignacio Asensio, diputado foral de Medio Ambiente y Obras Hidráulicas, encargado de inaugurar y clausurar el congreso, subrayó que el EIEC “es una plataforma que integra el mundo de la empresa, el del conocimiento, el social y el institucional”. “Una interacción fundamental”, dijo, “para que el cambio de paradigma que estamos impulsando se realice de manera justa y nadie se quede atrás” .

Sostenible de principio a fin

Si algo quedó claro durante la primera de las jornadas fue la necesidad de convertir el residuo en recurso, sobre todo en el caso del plástico, un sector en el que se están dando pasos de gigante, logrando reciclar lo que antes acababa en el vertedero o en el mar. En ese sentido, los participantes incidieron en la importancia del ecodiseño, porque aplicar el criterio de las sostenibilidad a lo largo de todo el ciclo de vida del producto facilita el reciclado o la reducción de residuos.

Muy interesante y técnica fue la ponencia de Carlos Prieto, director general en España de Plastic Energy, quien explicó brevemente y de forma didáctica el proceso mediante el cual se obtiene, a partir de residuos plásticos no reciclables, el tacoil, una especie de aceite que sustituye al petróleo y que se utiliza para fabricar envases. Se trata de un modelo de reciclado único en el mundo, denominado reciclado químico, que complementa al reciclado tradicional o mecánico y que se basa en la pirolisis, una técnica que permite romper las cadenas de polímeros para convertirlos en monómeros.

Además, conocimos casos concretos como el de Plastigaur o Jolas que han salido de su zona de confort transformando su modelo de negocio y apostando por materiales sostenibles como el plástico reciclado. Una apuesta decidida que requiere de inversión en maquinaria y, por supuesto, en investigación. La rentabilidad también fue motivo de reflexión para las socias de Women Action Sustainability, asociación cuyo fin principal es elevar la sostenibilidad al primer nivel estratégico de las empresas. “Hoy en día no se invierte en un proyecto que a priori no contemple la sostenibilidad. Aunque aún hay mucho camino por recorrer, invertir en economía circular va a ser rentable”, aseveró Idoia Azaldegui, directora de Polymat.

La jornada del jueves se dedicó a realizar visitas a cinco de las empresas que forman parte del Clúster del Reciclaje GK Recycling (Jolas, Eko3r, Kafea. Eco, Asfaltia, Trienekens y Polymat).