“Para bien o para mal, somos el primer municipio que se ha visto en la tesitura de tener que tomar una decisión respecto a sus fiestas en esta nueva ola del covid-19 y, por responsabilidad, el Ayuntamiento de Eibar ha decidido suspender todos los actos, incluida la feria agrícola y ganadera, que se iban a celebrar entre los días 27 y 30 de noviembre con motivo de las fiestas de San Andrés”.

Con esas palabras, pronunciadas este mediodía por el alcalde eibartarra, Jon Iraola, tras una comparecencia convocada apenas una hora y media antes, el Consistorio armero ha despejado las dudas que había respecto a la celebración o no de eventos multitudinarios en un momento en el que la pandemia sigue su fase expansiva; al mismo tiempo que marca la pauta a seguir por otros muchos municipios del territorio que en una situación de normalidad celebrarían ferias y jornadas festivas de diversa índole en las próximas fechas.

De hecho, apenas media hora después de la comparecencia ante los medios del alcalde de Eibar, el Ayuntamiento de Mendaro ha comunicado su decisión de no celebrar la tradicional feria agrícola de la Concepción que estaba programada para el día 8 de diciembre.

Sea como fuere, el primer edil eibarrés ha explicado que son tres las principales razones que han llevado al Consistorio armero a suspender las fiestas de San Andrés: “Por un lado está la tasa de incidencia del virus en la ciudad, que tras los últimos datos aportados por el departamento vasco de Salud ya supera los 670 casos por cada 100.000 habitantes en 14 días; por otro, la necesidad de evitar el efecto llamada que tienen estas fiestas, y en especial la feria agrícola del día 30, a la que cada año viene muchísima gente de otras localidades; y por último, el hecho de que el Ayuntamiento tiene que ir en la misma dirección que las asociaciones y colectivos locales, que han decidido cancelar las actividades que habían programado como conciertos o puestos de talos y alimentos para comer en la calle”

“POR RESPONSABILIDAD”

El primer edil ha asegurado que la decisión adoptada ha sido “difícil y dolorosa”, pero considera que “hemos tenido que tomarla por responsabilidad”. Según sus palabras, “las administraciones debemos actuar de forma ejemplarizante, por lo que, aunque hubiéramos sido capaces de celebrar la feria con todas las medidas de seguridad, la cantidad de gente que podría atraer no es compatible con la tasa de incidencia que tenemos a día de hoy en la ciudad”.

De hecho, Iraola ha reconocido que “hasta la tarde del lunes, cuando conocimos los datos de incidencia aportados por el Gobierno Vasco, estábamos trabajando pensando en celebrar la feria del día 30, adoptando medidas especiales de seguridad como perimetrar el recinto ferial, no ofrecer degustaciones de alimentos o catas o establecer la obligatoriedad de llevar la mascarilla en todo momento”.

Sin embargo, dada la negativa evolución de la pandemia y la constatación de que “no podríamos controlar toda la masificación que podría darse en los alrededores de los espacios delimitados para los actos, finalmente hemos optado por suspender toda la actividad festiva”.

Con la decisión adoptada, los responsables municipales aseguran que “el Ayuntamiento no quiere contribuir a a la expansión del covid-19”.