- Los jóvenes de entre 18 y 24 años han sido quienes han sufrido en Euskadi un mayor impacto psicológico a causa de la pandemia respecto a otros grupos de edad al padecer cuadros de ansiedad, aislamiento social, pérdida de control y aumento de trastornos alimentarios, entre otros problemas de salud.

Esta es una de las principales conclusiones del estudio elaborado por la Federación de Euskadi de Asociaciones de Familiares y Personas con Enfermedad Mental, Fedeafes, entre diciembre de 2020 y junio de 2021 que fue presentado ayer en el Palacio de Congresos Europa de Vitoria.

La presentación corrió a cargo de la directora de Servicios Sociales del Gobierno Vasco, Marian Olabarrieta; el director de Coordinación Sociosanitaria del Departamento de Salud, José Antonio de la Rica; la presidenta de Fedeafes, María Ángeles Arbaizagoitia, y el investigador de la Fundación Ede, Aymar Rubio.

Rubio señaló que “cada vez es más joven” el sector de edad que presenta síntomas psicológicos a causa del covid-19 con “trastornos más graves”. De hecho, los ingresos psiquiátricos de adolescentes en la Unidad de hospitalización infantojuvenil del hospital de Basurto se han incrementado en un 50% durante los primeros cinco meses de este 2021 respecto al mismo periodo de 2019.

Según este estudio, un 44,2% de los jóvenes de entre 18 y 24 años admite que ha sentido miedo a que pueda morir algún ser querido, un 42,8% ha llorado debido a esta situación, un 30,3% ha sufrido ataques de ansiedad o pánico, un 24,5% ha sentido falta de respiración, un 16,8% ha tenido mareos y un 15,4% miedo de estar solo o aislado. Estos problemas psicológicos afectan también a “alumnos menores de nueve años”, subrayó.

El informe también revela que se ha detectado un aumento de trastornos alimentarios, especialmente entre mujeres adolescentes, “con una demanda grave de ingresos nunca antes vista”.

La vuelta a las clases presenciales tras el confinamiento ha derivado también en un aumento de “la ansiedad, la depresión e inseguridad” entre los jóvenes, entre quienes se constata “un abuso en el uso de las pantallas” electrónicas, así como aislamiento social.