Justo habían terminado su descanso cuando las trabajadoras del servicio de la limpieza de la Facultad de Ciencia y Tecnología escucharon por los pasillos que una persona había entrado con una escopeta. “Al principio hemos pensado que eran petardos pero sonaban más fuertes”, contaba una de las trabajadoras nada más salir de la facultad muy alterada por lo que había vivido.

El tiroteo sorprendía a estas trabajadoras en el último piso de la facultad, donde tuvieron que pasar hora y media resguardadas debajo de unas mesas sin poder salir del comedor. “Nos hemos vuelto a meter al comedor y ahí hemos estado hora y media, debajo de las mesas. Han estado sonando disparos todo el tiempo, no han sido solo cinco. Estábamos muy asustadas porque no sabíamos lo que pasaba”, señalaban.

El nerviosismo estaba patente en cada relato de los estudiantes ayer por la tarde. “Estábamos en clase cuando hemos escuchado lo que luego al parecer han sido disparos, aunque en ese momento no hemos pensado en que pudieran serlo. Algunos alumnos se han asomado a la ventana pero estábamos en medio de clase y nadie le ha dado más importancia”, relataba Mikel Arteaga, un estudiante de tercero de Periodismo. “Al terminar la clase sí que hemos visto que había más movimiento y se ha empezado a comentar que un chico había entrado con una escopeta a la facultad”.

Este estudiante comentaba cómo “una chica que estaba en el lugar ha contado que ha entrado en la facultad, les ha dicho que se fueran y ha disparado contra las televisiones que había dentro y a los cristales. Al parecer, también a una trabajadora de la limpieza le ha dicho que él no quería hacer daño a nadie, ni a estudiantes ni a profesores ni a ningún trabajador, sino a la universidad”.

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Lucas Fernández estaba estudiando en la biblioteca cuando los disparos le sorprendieron, aunque según contaba “en ningún momento pensé que eran tiros, no te imaginas que algo así va a pasar, así que seguimos estudiando como si nada”. Sin embargo, otro estudiante alertó a los allí presentes de lo que realmente estaba ocurriendo. Así, al rato de escuchar los disparos, “un chico ha entrado y ha empezado a gritar que fuera había un chaval dando tiros y nos ha dicho que la gente estaba corriendo”, recordaba poco después de los hechos.

“Hemos visto los cartuchos”

Lucas explica que al salir de la biblioteca se escuchaba el helicóptero “muy cerca, como si estuvieran buscando al autor del tiroteo”. “Hemos visto los cartuchos y los disparos en los ventanales de la facultad y nos hemos puesto muy nerviosos”, aseguraba.

“Ha sido un susto muy grande. Estamos en shock todavía, ha sido surrealista. Son cosas que ves que pasan en Estados Unidos, nunca te llegas a imaginar que algo así pueda pasar aquí”, relataban Iker Fernández, Joana Ubierna y Zuriñe Carrascal, estudiantes de Medicina que estaban en un descanso entre clase y clase cuando se produjeron los disparos.

“Una compañera ha recibido un mensaje de que había un tiroteo. No nos lo creíamos, pensábamos que era mentira”, reconocían. “Escuchábamos un helicóptero y bastante ruido en la calle pero, ¿cómo te vas a imaginar algo así?”, apuntaban los jóvenes que ayer vivieron una tarde de clase que seguro no olvidarán.

“Son cosas que pasan en Estados Unidos, nunca te imaginas que puede pasar aquí”

Estudiante de Medicina