Al menos 39 personas han muerto deshidratadas o ahogadas en el Atlántico en una nueva tragedia en la ruta migratoria hacia Canarias, la protagonizada por una lancha neumática encontrada volcada y semihundida con una sola superviviente aferrada a ella, a 250 kilómetros de Gran Canaria.

Sobre la neumática, que flotaba a duras penas con la quilla al sol y uno de sus patines pinchando, estaban tendidos la única superviviente, una mujer de unos 30 años, y dos cadáveres, un hombre y una mujer de alrededor de 20, sus dos últimos compañeros de naufragio, porque la mujer ha contado durante el vuelo de evacuación a Gran Canaria que a bordo iban un total de 40 personas.

A su llegada a la isla, la superviviente ha sido evacuada al Hospital Insular de Gran Canaria con deshidratación grave, han señalado a Efe fuentes del 112 este jueves.

La neumática fue localizada de esta misma tarde por un petrolero en ruta por la zona, el Evros, que avisó a las autoridades españolas y recibió instrucciones de quedarse junto a la superviviente hasta que llegara un helicóptero de rescate, sin intentar subirla a bordo.

Salvamento Marítimo consideró que resultaba muy peligroso que un mercante de ese tamaño (183 metros de eslora) intentara una operación así en condiciones de fuerte marejada, porque cualquier golpe contra el casco podría hundir los restos de la zódiac.

Hace solo una semana, cuatro inmigrantes perecieron al caer al mar cuando otro mercante, el Ever Grace, trataba de poner a salvo en su cubierta a las 34 personas que quedaban con vida en una patera con la que se cruzó a 650 kilómetros de Canarias, al norte de Nuadibú.

Otros nueve ocupantes de esa patera habían muerto en los días previos tras pasar dos semanas a la deriva, sin agua ni comida, y una más expiró en la misma cubierta del Ever Grace, cuando la iban a sacar de allí en un helicóptero de rescate del Ejército del Aire.

En las últimas semanas, son varias las lanchas neumáticas que han partido hacia Canarias desde la costa comprendida entre Tarfaya (Marruecos) y El Aaiún (Sahara) de las que no hay noticias.

Esa es la travesía más corta para llegar a Canarias desde la costa de África (de 100 a 125 kilómetros para alcanzar Fuerteventura), pero el tipo de barcas que utilizan allí los inmigrantes, neumáticas, convierte ese trayecto en muy peligroso, porque esas lanchas no están preparadas para océano abierto y suelen ir sobrecargadas, con medio centenar de personas o más a bordo.

Una de esas zódiac apareció este lunes en una playa cercana a Nuadibú (Mauritania), con siete supervivientes. Había pasado 13 días a la deriva tras salir de El Aaiún con un total de 54 ocupantes; recorrió casi 1.000 kilómetros a merced de las corrientes.

Según ha informado a Efe la portavoz del colectivo Caminando Fronteras, Helena Maleno, su ONG está pendiente de dos neumáticas que partieron hacia Canarias en las últimas semanas desde la capital del Sahara de las que nada se sabe: una con 62 personas que salió el 2 de agosto y otra con 53 que zarpó el 12.

Hasta el 15 de agosto, 8.222 inmigrantes habían llegado a Canarias en 218 pateras o cayucos o sido rescatados en las aguas de su entorno, un 144 por ciento más que el año pasado en estas mismas fechas.

Continuamente se reportan naufragios o muertes por deshidratación en muchas de esas pateras. No hay una cifra concreta cerrada: la Organización Internacional para las Migraciones estima en más de 230 los muertos, si bien reconoce que hay muchas pateras perdidas de las que no tiene ni un solo dato que escapan a ese recuento.

Caminando Fronteras eleva el balance de muertos a unos 2.000, solo en el primer semestre. Son tantos como en todo 2020.

Y, este año, de nuevo han vuelto a aparecer en el Caribe cayucos africanos con todos sus ocupantes muertos, restos de expediciones que se perdieron o quedaron a la deriva, hasta hacer una travesía de más de 4.500 kilómetros a la que nadie sobrevive.

En los últimos meses, se han localizado dos, uno en Trinidad y Tobago y otro en las Islas Turcas y Caicos; es algo que no se recordaba desde la crisis de los cayucos de 2006.