La irrupción de la dualidad en la formación es imparable. Aunque el modelo se encuentra más asentado en el ámbito de la Formación Profesional, donde históricamente la relación entre empresas y centros de formación ha sido muy estrecha, el sistema universitario vasco también integra ya esta modalidad, con más de 40 titulaciones duales en su oferta académica y 1.400 alumnos.

Con el objetivo de ahondar en las claves del éxito de la formación dual en Euskadi, tanto en la FP como en la Universidad, NOTICIAS DE GIPUZKOA organizó ayer un encuentro digital, que contó con la participación de Irene Cuesta, directora de Formación Continua y Dual de la Universidad de Deusto; Ana Monge, directora de Tolosako Inmakulada Lanbide Ikastola; y Joxema Tolosa, director de Estrategia y Formación Dual de Tolosaldea Lanbide Heziketako Institutua.

La formación dual es el proceso de aprendizaje compartido entre empresa y centro de formación, un proceso en el que la cooperación entre ambas entidades es clave. "Esta modalidad nos permite ponernos en clave de cooperación entre Universidad y organizaciones. A través de la dualidad, pretendemos tender un puente para unir el talento de las personas que se están formando, con los retos de futuro de la realidad empresarial", dijo Cuesta.

El modelo dual, tanto en la FP como en la Universidad, es un modelo de roles, donde centro de formación y empresa designan a los tutores (o facilitadores, en el caso de la Universidad de Deusto), que son quienes se implican en la formación del alumno. Es aquí donde radica la principal diferencia entre un itinerario dual y las prácticas al uso: "La dualidad es un paso más allá de las prácticas para todas las partes; el estudiante se convierte en aprendiz y la empresa se convierte en formadora. Con esto no quiero decir que las prácticas no sigan siendo válidas, pero lo cierto es que la dual permite romper ese proceso secuencial con el que hemos crecido muchas generaciones, basado en estudiar primero, y aplicar después. Hay estudios y referentes que nos indican que ese aprendizaje es más efectivo si sucede en entornos reales. La dualidad implica trabajar de otra manera, la empresa y la universidad deben coordinarse de forma intensa, realizar proyectos de aprendizaje individualizados y el estudiante recibe una remuneración", aclaró la directora de Formación Dual de Deusto.

Tolosa explicó cómo se coordinan con las empresas: "Elaboramos un plan individual para cada alumno, consensuado entre el tutor del centro y el instructor de la empresa. Acordamos el calendario, el horario que va a realizar en cada uno de los periodos, los resultados de aprendizaje que va a trabajar en la empresa y las actividades que va a realizar. Todo ello lo diseñamos en colaboración con la empresa y para comprobar que el alumno está obteniendo los resultados esperados, hacemos seguimientos periódicos con el instructor de la empresa, al menos una vez al mes".

Monge, por su parte, insistió en la importancia del seguimiento del proceso con el fin de garantizar que el estudiante obtenga unos resultados de aprendizaje acordes al currículum: "Comprobar que ha obtenido los resultados de aprendizaje en base al currículum es lo que valida todo el sistema. No se trata de que alumno realice actividades en la empresa, sino de que esas actividades vayan en coherencia con el currículum. Esto es lo que le da valor a la dual", sentenció.

Sobre los beneficios que comporta esta modalidad al alumnado, la directora de Tolosako Inmakulada Ikastola destacó que incrementa la empleabilidad: "Uno de sus puntos fuertes es que ayuda a las empresas a ajustar los perfiles de los alumnos a sus necesidades reales. Cada empresa tiene sus peculiaridades y sus necesidades, por lo que el alumno titulado que se incorpora a dicha empresa, necesita un periodo para adaptarse a su puesto de trabajo, cosa que no ocurre con el dual, quien ya se ha formado previamente". No en vano, el porcentaje de inserción laboral de los titulados en FP dual en Euskadi se sitúa en torno al 90% (dato relativo al curso 2018-2019).

Por tanto, no solo beneficia al alumno al facilitarle el acceso al mercado laboral, sino también a las empresas, que en la mayoría de los casos repiten experiencia: "Las que optan por admitir alumnos duales no se arrepienten, porque, al formar profesionales en base a sus necesidades, les permite garantizar el relevo generacional", subrayó el director de Formación Dual de Tolosaldea Lanbide Heziketako Institutua.

En ese sentido, la directora de Formación Dual de Deusto puso el foco en los beneficios que otorga también a largo plazo. "No solo se trata de que el participante empiece a trabajar al día siguiente. La dual ofrece la oportunidad de generar cantera para las necesidades futuras de las organizaciones".

Integración del modelo y retos de futuro

Un marco más flexible

Sobre la integración del modelo dual en la FP, Tolosa apuntó que ha sido un proceso natural: "En nuestro caso, ofrecemos ciclos industriales e históricamente nuestro centro ha tenido un vínculo muy estrecho con las empresas de la comarca. Integrar la dual para nosotros ha sido un paso lógico, natural y fácil".

Distinto es el caso de Tolosako Inmakulada Ikastola, donde imparten ciclos sanitarios y sociales: "Nuestros alumnos no pueden tener un contrato laboral sin titulación, pero hemos buscado otras fórmulas. Además de las prácticas, un elemento clave y con un alto grado de inserción laboral, implantamos los llamados Servicios de Aprendizaje, mediante los cuales los estudiantes participan en proyectos reales de empresa. Esto nos permite formar no solo en el aspecto técnico, sino también en competencias", explicó la directora del centro.

En cuanto a la implantación de titulaciones duales en el sistema universitario vasco, la puesta en marcha de la Estrategia Vasca Universidad + Empresa 2022, impulsada en 2017 por el departamento de Educación del Gobierno Vasco, le dio el empujón definitivo. En aquel momento, el objetivo de cara al año 2022 se situaba en impartir 25 titulaciones con reconocimiento dual, una cifra que se ha superado con creces. "Integrar la dualidad en el ámbito universitario parte de la necesidad de estrechar la relación entre el mundo laboral y la Universidad. En el caso de Deusto, en el que hemos conformado un modelo propio, encontramos referentes muy inspiradores fundamentalmente en Alemania, Francia y Suiza. En Deusto tenemos la misión y la vocación de promover los mejores procesos de aprendizaje para que las personas que confíen en nosotros estén lo mejor preparadas posible de cara a los nuevos retos de futuro, y en ese sentido la apuesta por la formación dual es clara", expresó Cuesta.

En lo que respecta a los retos de futuro de la dualidad, los participantes han coincidido en la necesidad de apostar por la internalización y la creación de marcos más flexibles que permitan integrar esta modalidad en otros sectores más allá de los industriales: "Necesitamos un marco jurídico más definido para el sistema universitario, sobre todo para los sectores que no son industriales. También es necesario internacionalizar el modelo y además hacerlo más extensivo mediante la apuesta por la autofinanciación de los estudios", concluyó Cuesta. Monge, por su parte, subrayó que "sería muy interesante ampliar la experiencia dual a más de una empresa, siendo una de ellas internacional para que el alumno tenga la oportunidad de conocer esta realidad".