El Gobierno español sigue negándose a día de hoy a prorrogar el estado de alarma. En lugar de especular hasta el último minuto con que pueda cambiar de opinión, el lehendakari ha querido trasladar este lunes que el Ejecutivo vasco va a actuar en el terreno de sus competencias y moverá ficha para tener listo el lunes 10 de mayo, cuando caiga este paraguas jurídico, un decreto que tendrá la vocación de cubrir ese vacío y seguir aplicando medidas para restringir la movilidad y frenar los contagios por coronavirus.

En una intervención durante una visita a una plataforma de distribución de Eroski en Gasteiz, Iñigo Urkullu ha anunciado que "a lo largo de esta semana" va a trabajar en un decreto que entrará en vigor el mismo lunes, con la intención de mantener las restricciones "cuatro, cinco o seis semanas".

El lehendakari someterá estas medidas al criterio de los expertos del comité LABI en una reunión que debe concretarse esta misma semana, y no ha precisado qué medidas podría cubrir ese decreto. El estado de alarma faculta a las comunidades autónomas a decretar el toque de queda nocturno, cierres perimetrales y limitaciones en el número de personas que pueden participar en las reuniones sociales. Urkullu ha dejado abierta la posibilidad de que haya que readecuar algunas medidas en función de la cobertura legal que exista y del análisis jurídico.