La consejera de Salud, Gotzone Sagardui, ha admitido que le "preocupan las dudas que generan los casos adversos relacionados con las vacunas de AstraZeneca y Janssen", al tiempo que ha defendido que es "común" que haya este tipo de reacciones cuando un medicamento se administra "a millones de personas".

Ha argumentado en este sentido que es "imposible conocer y prever toda la variedad de antecedentes y circunstancias, así como los estados de salud diferentes" de cada persona que recibe una vacuna cuando esta se inocula de forma masiva.

"La cuestión es si solo vamos a seguir adelante cuando tengamos la evidencia de riesgo cero o como aconsejan las agencias de medicamentos aceptamos que el beneficio es infinitamente mayor al riesgo", ha dicho durante su comparecencia semanal en el Parlamento para informar de la evolución de la pandemia.

Se trata de un "debate científico que tiene consecuencias prácticas" como demuestra que siga "en el aire" qué hacer con las personas menores de 60 años que han recibido la primera dosis de AstraZeneca tras la decisión del Consejo Interterritorial de Salud de limitarla a la franja de 60 y 65 años después de que la Agencia Europea del Medicamento estableciera como "efectos secundarios muy raros" los coágulos en sangre.

Existen tres opciones: un segundo pinchazo de AstraZeneca (lo que recomienda la propia farmacéutica), no aplicar la segunda dosis y quedarse con la inmunidad que otorga la primera, o inocular otra marza en ese segundo pinchazo. Una decisión, ha recordado la consejera, que corresponde a la Comisión de Salud Pública.

El preparado de Janssen aún no ha comenzado a administrarse en Euskadi debido a que ayer Johnson & Johnson anunciara la suspensión del reparto de esta vacuna en Europa tras la suspensión cautelar de las autoridades en Estados Unidos por varios casos "raros y graves" de coágulos.

Esto ha dejado a Euskadi sin las 6.850 dosis que iba a recibir hoy mismo (en total en abril estaban previstas 13.700), "un nuevo obstáculo" en la planificación a corto plazo de la vacunación, que hasta la fecha "está funcionando", ha añadido Sagardui.

"Osakidetza tiene capacidad para vacunar todo lo que llegue y el mantenimiento de una reserva para garantizar las segundas dosis ha sido un acierto porque nos ha permitido que nadie se haya quedado sin ella", ha expuesto la consejera.

En los próximos días se continuará vacunando al colectivo de personas de alto riesgo, es decir personas trasplantadas o en lista de espera para ello; personas en tratamiento renal, con cáncer, con inmunodeficiencias primarias y personas con síndrome de down de 40 o más años.

De manera paralela seguirá la inoculación en función del criterio de edad con las personas de entre 70 y 79 años (Pfizer) y de entre 60 y 65 años (que reciben AstraZeneca).

Estas personas reciben un sms en sus teléfonos con un enlace para pedir cita por internet, aunque en ocasiones se les llama por teléfono si hay que cubrir huecos o no consta un número de móvil. Este sistema online "está funcionando bien y está ayudando a canalizar las citas de un colectivo muy amplio", ha remarcado.

"El factor limitante es la disponibilidad de dosis" y por ello si los viales disponibles de agotan se cierra el sistema de citas hasta que llegan nuevas remesas, momento en que se avisa de que ya se puede volver a pedir hora, ha explicado Sagardui.