La respuesta de los guipuzcoanos, una vez más, no ha defraudado y el lanzamiento de la Diputación de buscar 60 familias de acogida para menores desprotegidos se ha más que cumplido en tan solo tres meses. En este tiempo, 102 personas se han puesto en contacto con el ente foral y Beroa, la asociación de familias acogedoras de Gipuzkoa, de los que el 50% ya han iniciado el proceso para convertirse en voluntarias. Visto el éxito, la búsqueda ahora está puesta en diez familias con cualificación y formación concreta para niños con necesidades específicas.

Actualmente, en Gipuzkoa hay 412 menores y jóvenes que viven con familias de acogida. Muchos de ellos mantienen relación con sus padres biológicos en Etxegorria, el nuevo espacio de convivencia de la asociación Beroa en Donostia, y que han conocido esta mañana de primera mano el diputado general del territorio, Markel Olano, y la diputada de políticas sociales, Maite Peña.

Una visita que sirvió también para dar a conocer el éxito de la campaña Invisibles, lanzada por la Diputación el pasado noviembre para hallar 60 familias de acogida. "Ha funcionado muy bien, pero sigue habiendo menores que necesitan una acogida. Por ello, seguimos haciendo un llamamiento a todos los guipuzcoanos", ha recordado Olano.

De este modo, el foco ahora está puesto en dar con "al menos diez familias" en las que un miembro tenga cualificación, experiencia o formación específica en el ámbito social y poder atender así con todas las garantías a niños con necesidades más específicas que siguen esperando un lugar de acogida.

"No hay mayor solidaridad que la de acoger a aquellos más desprotegidos", ha apuntado el diputado general, mientras que Peña ha apelado al buen hacer de los guipuzcoanos para encontrar estos perfiles concretos en el menor tiempo posible.

Etxegorria

De los 412 jóvenes en acogida, 75 ya han cumplido la mayoría de edad y siguen viviendo con sus familias de adopción. Del total, 122 viven en la modalidad de familia extensa, 201 en familias voluntarias y 14 en especializadas. Todas ellas se articulan bajo el paraguas de Beroa, que se encarga de guiar y formar a las familias acogidas, al tiempo que gestiona los encuentros entre los menores y sus familias de origen.

Para ello, desde el pasado año cuentan con Etxegorria, un local con diferentes habitaciones en las que reunirse con total intimidad. "Es un espacio de convivencia en el que pueden profundizar en su relación", ha indicado el presidente de la asociación, Pedro Pérez.

A pesar de que el local estaba listo desde marzo del pasado año, el coronavirus retrasó su puesta en marcha y modificó las visitas, teniendo que incorporarse las telemáticas. A pesar de ello, en 2020 se llegaron a hacer 120 visitas presenciales de media por mes.

"Es una experiencia que se la recomiendo a todo el mundo, porque ver cómo llegan los niños, asustados, y la evolución que tienen, creciendo en todos los sentidos, es muy gratificante", ha explicado Sonia Archeli, familia acogedora desde 2010 con actualmente un menor a su cargo.

Quien desee más información sobre el programa puede ponerse en contacto con la asociación a través del correo electrónico familiaharrera@gipuzkoa.eus o el teléfono 943 11 25 22.