- Seis de cada diez familias reconocen que el COVID-19 ha provocado que sus hijos e hijas sufran adicción a las pantallas, una exposición de los menores que ha aumentado más de un 200% desde el comienzo del confinamiento.

La empresa vasca Gaptain presentó ayer el primer estudio realizado sobre la Ciberseguridad y convivencia escolar 2020, basado en la información recogida del alumnado de entre 9 y 14 años en los centros educativos que implantaron el programa de prevención digital Segureskola, impulsado por la Fundación BBK.

diferencias

Según el estudio, el alumnado de Primaria manifiesta que les gustaría pasar más tiempo con su familia cuando están en Internet y que a menudo se sienten solos en este ámbito.

En cambio, en Secundaria rechazan conectar con sus padres y madres en la red, ya que el acompañamiento parental lo perciben como “vigilancia” o control.

El estudio concluye que el primer móvil es crítico en la educación digital. Poco después de recibirlo los menores rechazan el acompañamiento, y comienza a abrirse la brecha. Una brecha agrandada porque durante el confinamiento, una de cada tres familias compró un nuevo dispositivo.

Los menores afirman saber más de Internet y de tecnología que sus familiares y profesores, y perciben la red como algo peligroso, aunque manifiestan no sentir miedo de sus riesgos. Preguntados sobre cómo prevenirlos, afirman no conocer el modo de hacerlo.

El 65% de los padres y madres no cree que la crisis del coronavirus aumente la probabilidad de que su hijo sufra ciberacoso, aunque los datos indican que este ha aumentado un 70%.

De media, en el estudio se identificó un posible caso de acoso y tres alumnos excluidos en cada aula.

Mayoritariamente, los menores prefieren jugar de forma presencial con amigos (73%) frente a hacerlo de forma online, pero los más pequeños empiezan a manifestar que prefieren jugar conectados a la red por miedo al covid.