- La Fiscalía de Gipuzkoa pide nueve años de cárcel para el hombre acusado de intentar matar en 2019 a un joven con el que mantenía una “mala relación” de una cuchillada en el cuello, en el interior de un autobús de la Compañía del Tranvía San Sebastián-Tolosa que circulaba por Villabona.

Según el escrito de acusación provisional del Ministerio Público, al que ha tenido acceso Efe, los hechos se produjeron sobre las 2.40 horas del 27 de octubre de aquel año, cuando el procesado presuntamente intentó apuñalar “reiteradamente y de forma sorpresiva” a su víctima, mientras el vehículo, que circulaba en dirección hacia Tolosa desde Donostia, atravesaba la calle Nueva de Villabona.

El documento de la Fiscalía precisa que, “con el ánimo de causar la muerte” a su víctima, el hombre esgrimió una navaja de diez centímetros de filo que portaba en su mano izquierda, “con el brazo en alto y dirigido a la zona del cuello” del agredido, al que presuntamente alcanzó “plenamente en una ocasión en el cuello y bajo la axila izquierda” en otra.

“Durante varios minutos -prosigue el texto-, el procesado “le asestó varias puñaladas, colocándose sobre él, pese a los reiterados e infructuosos intentos del resto de pasajeros de separar a los contendientes”.

El texto concreta que el ataque se prolongó “durante varios minutos”, en los que el acusado tuvo a su víctima “inmovilizada”, mientras presuntamente la apuñalaba “con gran intensidad”.

Tras la agresión, el herido fue trasladado al Hospital Donostia “sangrando abundantemente”, mientras que el imputado “huyó del lugar” sin iniciar “ninguna acción reveladora de un interés o preocupación por el estado” del damnificado y “se deshizo del arma blanca, arrojando la navaja en una zona ajardinada” cercana.

Posteriormente, se dirigió en taxi a su domicilio, donde se desprendió de su ropa que tenía restos de la sangre de la víctima, que también apareció posteriormente en el filo de la navaja recuperada por la Policía.

A consecuencia de la agresión, el perjudicado sufrió una herida inframandibular, otra en la zona infraclavicular y una tercera en la mano, dos de las cuales “fueron graves” por “su localización y características”, al haber sido asestadas en áreas “con estructuras sanguíneas importantes cuya lesión puede producir la muerte”. El texto precisa que el agresor “aplicó una especial intensidad y fuerza en la herida torácica, dado que seccionó partes blandas”, además de ocasionar “la fractura de una costilla”.

La Fiscalía sostiene además que “la mala relación previa” del inculpado con su víctima, así como su “agresividad”, las “características” del arma utilizada”, la “intensidad” y “reiteración” de las puñaladas, junto a la duración de la agresión y las zonas del cuerpo a las que fueron dirigidas, “revelan la intención” del acusado de “acabar con la vida” de su víctima.

Un resultado que, como detalla el texto del Ministerio Público, “no se produjo gracias a la intervención del resto de pasajeros del autobús, que evitaron que el procesado siguiera agrediendo al joven, impidiendo que hubiera un compromiso vital y permitiendo que permaneciera estable durante su traslado e ingreso hospitalario”. El documento concreta que, tras ser intervenido quirúrgicamente en el Hospital Donostia, el afectado tardó 30 días en recuperarse de sus heridas, tras permanecer tres jornadas en una situación “muy grave” y dos en estado “grave”.

El agredido tardó 30 días en recuperarse de sus heridas, tras permanecer tres jornadas “muy grave” y dos en estado “grave”