- La sociedad vasca se muestra este año de crisis sanitaria y económica más solidaria y más comprensiva que nunca con la situación de las personas de origen extranjero que viven entre nosotros, según refleja el índice de tolerancia de 65 puntos, el más alto desde que lo empezó a medir el Observatorio Vasco de Inmigración-Ikuspegi.

En la presentación del Barómetro 2020 que elabora anualmente Ikuspegi y que se celebró ayer, la consejera de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales del Gobierno Vasco, Beatriz Artolazabal, destacó que, según ese estudio, solo un 10,2% de la población vasca considera que la inmigración es un problema, frente a la mayoría que “es consciente de la gravedad de la situación generada por la pandemia” y de que “hay muchas personas y familias en situación crítica y que es el momento de ejercer la solidaridad”.

El 91% de los encuestados considera que en esta crisis sanitaria deberá tener acceso prioritario a los recursos vinculados con la sanidad la persona de mayor gravedad según criterios médicos “dando igual el origen de la persona”.

La mayoría (65%) respalda también las mismas condiciones para autóctonos que para inmigrantes en el acceso a ayudas económicas y sociales, un 16,7% defienden que deberían tener prioridad los ciudadanos vascos y otro 16,3% considera que solo deberían acceder a esos recursos las personas inmigrantes que estén regularizadas.

Los vascos consideran mayoritariamente que el acceso a una vivienda de protección oficial debería ser para la población inmigrante regularizada (77,0%) y solo un 17,7% cree que tenga que ser para todos.

Un tercio de la población vasca cree que el volumen de población extranjera es demasiado o bastante (35,8%). Esta percepción ha descendido ostensiblemente en el último año -12,6 puntos menos-, siendo la más baja de la serie, pese a que las personas con nacionalidad extranjera residentes en Euskadi alcanzan las 184.916 personas, lo que supone el 8,4% de la población total de la comunidad autónoma, ocho décimas superior al porcentaje que se registraba un año antes.

Los vascos vuelven a sobredimensionar el fenómeno migratorio, ya que creen que hay el doble de personas inmigrantes de las que realmente viven en esta comunidad autónoma y sitúan su percepción sobre este asunto en un 20,4%.

La encuesta repite la imagen de los vascos sobre la procedencia de esas personas que, consideran que la mayoría llegan del Magreb cuando en realidad suelen ser latinoamericanos.

Se mantiene la preferencia hacia las personas de procedencias de Argentina y de la Unión Europea. Por contra, recelan más de personas de Marruecos, Argelia o Rumanía, además de Estados Unidos, país que entra en el ránking por primera vez.

Paro

Baja el porcentaje de quienes opinan que los migrantes provocan el aumento de las tasas de paro, mientras sube la visión “utilitarista” que cree que ocupan puestos que los autóctonos no desean (65%).

Integración

Los vascos asumen “una integración blanda”, ya que consideran que quienes llegan de fuera deben “adaptarse a la religión y las tradiciones” vascas.

Costumbres

A los vascos no les importa que abran restaurantes o que hablen su idioma, pero rechazan sus templos y escuelas o que usen nihab o burka.

Menores

El 50% de los vascos defiende acoger a menas en pisos; un 36%, atenderles hasta un cupo y repartir el resto por comunidades autónomas, y un 14%, devolverlos.