- Entre las muchas bondades que Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, había mencionado semanas atrás sobre el nuevo hospital de Valdebebas destacó que "está al lado del aeropuerto". Al echar mano de la hemeroteca, la comparación era ayer inevitable, porque la líder del PP inauguró una macroestructura de mucho ruido y pocas nueces.

Como con aquellos aeropuertos construidos mayormente por su partido durante la irrupción de los vuelos baratos que hoy están abandonados, el futuro del hospital anticovid Isabel Zendal es incierto. No solo a largo plazo por no contar con quirófanos, sino también a corto plazo: a falta de cinco días para su teórica apertura, por fin con pacientes, el edificio cuenta con 558 puestos vacantes. Sí que hay 111 cubiertos, pero por personal voluntario. También como en el caso de los famosos aeropuertos, el presupuesto se ha disparado hasta doblar el previsto al alcanzar los 100 millones de euros, a pesar de que la obra está a medio terminar.

Una obra en la que, por cierto, falleció un trabajador al caer desde una altura de siete metros. Él y sus compañeros estaban sujetos a unas condiciones laborales, denunciadas por sindicatos en reiteradas ocasiones, sujetas a la "presión" para abrir el Isabel Zendal en tiempo récord. En declaraciones recogidas por el diario Público, un obrero declaró que tuvieron que "trabajar sin seguridad" para "terminar a tiempo". Se estima que, entre contratas y subcontratas, han estado trabajando obreros de más de 20 empresas y los sindicatos solo llegaron a acuerdos sobre las condiciones con una de ellas, señaló este medio de comunicación. A pesar de que la infraestructura aún no está finalizada, el plazo de construcción de apenas tres meses desde su inicio hasta su inauguración es de lo que sí puede sacar pecho el PP, aunque no tenga nada que ver con la salud y mucho con la propaganda. De hecho, todos los cargos presentes en la inauguración eran de su partido. Destacaron el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida; el presidente del PP, Pablo Casado; y el consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, Enrique Ruiz Escudero. Ayuso definió el hospital como "un auténtico pulmón asistencial" y "una bomba de oxígeno para España" Por su parte, Almeida subrayó que el nuevo hospital es "un recurso novedoso, no existente hasta el momento, que va a servir de guía para abordar situaciones como la pandemia u otras futuras".

Pero el "pulmón asistencial" de Ayuso no puede cumplir las expectativas de su partido sin concretar los "recursos" a los hipotéticos recursos de los que presumió Almeida. A falta de encontrar al 80% de plazas previstas para que el hospital despegue, la presidenta madrileña sigue sin disipar dudas sobre si todavía confía en que el total de las 669 plazas las cubran voluntarios, aunque solo se han prestado 111 para ello, el 20%. Las otras opciones son nuevas contrataciones en el sistema público de Salud autonómico o traslados de sanitarios que se encuentran en otros hospitales.

Esta última parece la más viable después de que la política le contestara en octubre a una periodista de Telemadrid que "esas preguntas no se le hacen a una presidenta" al interesarse por el plan de su Gobierno para llenar los puestos de trabajo. En ese caso, el Isabez Zendal se confirmará como la nueva versión de los aeropuertos abandonados del PP, con una vida útil ligada exclusivamente a un vuelo pasajero.

A la pregunta del presidente del PP a Ayuso, captada por las cámaras de televisión, le siguieron varios segundos de incómodo silencio que finalmente interrumpió el director general de Infraestructuras Sanitarias de la Comunidad de Madrid, Alejo Joaquín Miranda de Larra. "Aquí hay salas de procedimientos, lo que llamamos sala de curas, donde se pueden hacer traqueotomías y cualquier tipo de intervención como se hicieron en Ifema", explicó, en referencia al improvisado hospital de campaña instalado en el pabellón de ferias.

80%

Del total de 669 puestos que contempla el proyecto del hospital Isabel Zendal, solo hay cubiertas 111, una de cada cinco, y con personas que se han prestado voluntarias por petición de la propia Ayuso. Todavía quedan 558, el 80%.