l miedo al contagio, las dificultades económicas generadas por los ERTE o incluso por el cierre de negocios, las cuarentenas... Muchas han sido las razones que han llevado al verano del COVID-19 a comportarse de forma distinta con respecto a otros años. No hay más que ver los datos de quienes nos han visitado. Según el Instituto Vasco de Estadística (Eustat), las pernoctaciones en Euskadi se desplomaron en julio un 50,8% con respecto al mismo mes de 2019. Gipuzkoa es el territorio que menos visitantes perdió (42%). Esta tónica se repitió en agosto, cuando, por ejemplo, el tráfico por carretera se redujo un 12% con respecto al mismo mes del año anterior. Pero la pandemia no solo ha variado el comportamiento de quienes nos visitan; los guipuzcoanos también han optado por un verano más de cercanía, en el que han cobrado especial relevancia las excursiones de un día dentro del propio territorio: unas vacaciones km 0.

Así lo constatan algunos de los atractivos turísticos de Gipuzkoa, que han percibido un incremento de viajeros locales en un verano en el que atraer visitantes no ha sido tarea sencilla.

Buen ejemplo de ello es la situación que han vivido en la factoría Albaola de Pasaia, donde desde mediados de junio hasta mediados de este mes han recibido un total de 5.550 visitantes, un 37,5% menos de los que registraron en verano de 2019, cuando alcanzaron los 14.828 turistas.

Los vascos han vuelto a ser quienes más se han acercado a conocer este museo taller, pero si el año pasado representaban el 34% del conjunto de turistas (el 23% de ellos procedentes de Gipuzkoa), este año se han disparado al 57%, siendo el 37% guipuzcoanos.

Por contra, el bajón experimentado por los turistas extranjeros es notable. Es de subrayar el caso de los viajeros procedentes de Francia, que si en 2019 supusieron el 24% de las reservas, este año tan solo han alcanzado el 11%. Los visitantes procedentes del resto de países de Europa y del mundo han pasado del 12% al 2% del público de Albaola.

Al igual que otros muchos lugares con importante concentración de personas, Albaola ha adoptado las medidas de seguridad necesarias para que la visita a la factoría se llevara a cabo con todas las garantías. El museo-taller ha estado abierto de jueves a domingos y ha funcionado mediante un sistema de reserva previa que ha permitido controlar los aforos. Además, se han creado grupos de visita "de número más reducido que el habitual" y ha sido obligatorio el uso de mascarilla e hidrogel, entre otros.

En el museo Balenciaga de Getaria también han percibido un incremento de los visitantes de proximidad. Según los datos recogidos en los meses estivales, el 35% de las 11.500 personas que se han acercado hasta este museo eran procedentes de la CAV. "Cabe destacar el crecimiento de visitantes que ya conocían el museo y acudían por segunda vez o repetían la visita sobre los que acudían por primera vez", subrayan desde Balenciaga, donde también han notado un importante bajón del turismo extranjero. No obstante, matizan que el tirón del turista francés se ha conseguido mantener en cierta forma y ha supuesto uno de cada cuatro visitantes.

Pese a que el balance general ha sido malo (el público en los meses de verano ha descendido un 39% con respecto a los mismos meses del año anterior), desde Balenciaga se muestran "satisfechos" con el resultado. "La previsión de visitantes para este periodo estival tan atípico ha sido mejor de lo esperado, pero claramente por debajo de lo que hubiera sido un año de actividad normal", aseveran, al tiempo que añaden: "El centro ha adaptado su funcionamiento, sus servicios y el desarrollo de su programación y actividades para que los visitantes puedan disfrutarlo de manera tranquila y segura". "El índice de satisfacción en la visita ha sido muy alto gracias a la programación y a las medidas de seguridad adoptadas", sentencian.

Uno de los atractivos turísticos que mejor ha funcionado en este verano del COVID-19 ha sido el Geoparque de la Costa Vasca, que ha acogido la visita de un total de 9.677 personas, lo que supone un descenso de únicamente el 8% con respecto a las cifras del pasado verano. "Es realmente positivo. Después de tres meses parados, pudimos recuperar el programa de visitas guiadas casi al completo, adaptando las visitas a los protocolos COVID-19", valora Leire Barriuso, gerente de Geoparque que, además, apunta que durante el mes de julio los turistas se han incrementado un 5%.

El buen tiempo y las recomendaciones de hacer planes al aire libre han contribuido a ello, pero también ser el destino elegido por cientos de vascos, que han supuesto el 43%. También los turistas procedentes del resto del Estado han respondido bien a la coyuntura, copando el 51,5% de las visitas. Por contra, el turismo extranjero ha experimentado un notable descenso, quedándose únicamente en el 5,5% de quienes han visitado el Geoparque.

Pero no solo la costa ha sido destino este verano. El interior también ha experimentado un incremento de los viajeros locales.

Ekainberri, que ha recibido 3.923 visitas durante el verano (664 de ellas procedentes de Gipuzkoa y 1.011 del conjunto de la CAV), es una muestra. "Ekainberri cerró sus puertas el 14 de marzo y las reabrió el pasado 1 de junio. Durante ese mes los visitantes se acercaron poco a poco a Ekainberri, en julio las visitas llegaron hasta el 50%, y en agosto subieron hasta el 70% de los recibidos en 2019", explican desde el museo que recoge la réplica de las pinturas rupestres de Ekain, las más espectaculares de la costa vasca, declaradas Patrimonio de la Humanidad de la Unesco.

Las visitas a Ekainberri se han llevado a cabo "en grupos extremadamente reducidos, al aire libre y en contacto con la naturaleza, por lo que es muy estimada por los usuarios", apuntan los responsables del centro ubicado en el valle de Sastarrain en Zestoa.

Algo similar ha ocurrido en el caserío museo Igartubeiti (Ezkio), donde el número de visitantes se ha mantenido "prácticamente igual" al verano pasado, gracias a que "el turismo local ha conseguido compensar la ausencia de visitantes extranjeros". "Cabe destacar que el público ha respondido bien a la oferta del museo y la demanda por las visitas guiadas ha aumentado respecto a 2019. La mayoría de quienes han optado por visitar el caserío-museo han escogido esta opción.", explican desde el museo.

De hecho, el 61% de quienes han pasado por Igartubeiti procedían de la CAV, mientras que otro 31% eran turistas de otras comunidades del Estado.

También en el museo Zumalakarregi ha mantenido las cifras del año pasado, mejorándolas sensiblemente incluso en agosto, donde han recibido un 45% más de turistas.

En cuanto al perfil del visitante, la gran mayoría de quienes han acudido al museo provienen de Euskadi, casi un 70%, en su mayoría guipuzcoanos, y un 26% del resto de España. El público extranjero ha sido muy minoritario durante los meses estivales, con un 3% de los visitantes.

"Una de las claves de esta evolución positiva ha sido la exposición temporal Leopoldina Rosa: Gaur egungo istorioa, reclamo para muchos visitantes. "Muchos visitantes han acudido interesados en descubrir la vía verde entre Mutiloa y Ormaiztegi ", explican desde el museo.

Los visitantes locales han conseguido que lugares como Igartubeiti o el museo Zumalakarregi hayan mantenido las cifras de 2019