- Habrá huelga el 15 de septiembre en toda la escuela vasca. Lo venían anunciando y, a cuatro días del inicio del curso, los sindicatos convocaron ayer una huelga por “un retorno presencial seguro y consensuado en nuestros centros”. Todos los sindicatos -Steilas, LAB, ELA, CCOO y UGT- realizaron ayer un llamamiento conjunto a todo el personal de la enseñanza no universitaria -profesorado, personal laboral, haurreskolak, jangelas y autobús- a sumarse a este paro para forzar que el Departamento de Educación se siente a negociar una vuelta a clase acordada, con los recursos suficientes para que los centros puedan aplicar los planes de contingencia frente al COVID-19. Por su parte, el Sindicato de Estudiantes ha convocado una huelga general los días 16, 17 y 18 de septiembre, aprovechando la reincorporación a las aulas en segundo ciclo de ESO, Bachillerato y Formación Profesional.

Ayer no se hicieron esperar las reacciones a este órdago contra el Gabinete que dirige Cristina Uriarte en un curso tan complejo como este, debido a la pandemia. Ikastolen Elkartea se encontraba ayer a la expectativa de poder reconducir la situación porque, según dijo, la federación ha acordado con los representantes de los trabajadores de cada ikastola los planes de contingencia y medidas adicionales “para un retorno seguro a las aulas”. El presidente de las ikastolas, Koldo Tellitu, declaró que la asociación “ha tenido siempre abierta la interlocución con los representantes de los trabajadores” y que a finales de julio convocó una mesa sectorial “para analizar la situación creada por la pandemia y para saber cómo afectará” a los centros educativos. En este sentido, Tellitu reiteró que “como siempre, estamos dispuestos a colaborar, más aún en esta situación especial, ya que nuestro objetivo es que el retorno escolar se realice en las mejores condiciones de trabajo y seguridad”.

Cabe recordar que Ikastolen Elkartea calificó de “decepcionante” la reunión que mantuvo el lunes con la consejera de Educación porque no logró arrancar el compromiso expreso del Departamento para dotar a los centros concertados de los recursos humanos y materiales adicionales que necesitan para atender las necesidades provocadas por el COVID-19. “Nos dijeron, pero no se comprometieron, que vamos a disponer de recursos para iniciar el curso en esta situación especial, pero no nos aclararon ni cuánto, ni cuándo ni para qué o según qué criterios vamos a recibir esos recursos”, afirmaron desde la federación de ikastolas.

El director general de Kristau Eskola (KE), Mikel Ormazabal, se enteró por la prensa de la huelga. Ormazabal prefirió posponer su valoración a la semana que viene, cuando el curso haya arrancado y los centros envíen a la dirección de KE las necesidades materiales y de personal que tienen para redactar el diagnóstico que les ha pedido el Departamento de Educación para abrir una convocatoria de ayudas. El director general de los 128 colegios religiosos de la CAV se remitió a las declaraciones que él mismo ha hecho esta semana sobre la gestión de la vuelta al cole.

Ormazabal calificó de “positivo” el protocolo complementario redactado por Educación para hacer frente a los posibles contagios, aunque se mostró molesto porque la interlocución con el Departamento durante la crisis sanitaria ha sido “pequeña”.

Al igual que las ikastolas, desde Kristau Eskola también esperan que las palabras de la consejera sobre los recursos adicionales se conviertan en compromisos tangibles. En este sentido, Ormazabal manifestó: “Vamos a ver en qué se concreta, todo está en el aire, hay buenas palabras, no hay un no y eso es importante. Nosotros no pedimos por pedir sino desde el convencimiento de que hay un único sistema educativo vasco dividido al 50% entre la red pública y la red concertada, y que si queremos garantizar la igualdad de oportunidades de los alumnos y alumnas no cabe otra cosa que no sea proveer de ayudas para poder cumplir con las necesidades que ha originado la pandemia”.

Y las familias conviven entre la idea de que la huelga estaba cantada, por las continuas denuncias de los sindicatos, y la inquietud. “Lo primero y urgente es que la Administración garantice los recursos para que los centros sean seguros. Si eso se garantiza no ha lugar a las movilizaciones. Pero las necesidades son conocidas: más profesorado, recursos materiales, espacio…. Educación ha dicho que va a analizar la situación centro por centro y habrá que ver si eso es verdad”, afirmó Lurdes Imaz, coordinadora de la Confederación de Familias de la Escuela Pública Vasca (EHIGE).

Y por parte de los protagonistas de ayer, los sindicatos, nada diferente a lo que han venido denunciado las últimas semanas y meses. A media mañana, representantes de las cinco centrales sindicales de la enseñanza vasca comparecieron en la sede bilbaina de LAB para hacer pública la convocatoria de huelga el día 15 de septiembre, que formalizarán hoy en la sede del Gobierno Vasco.

Calificaron la gestión de la vuelta a las aulas por parte de Educación de “unilateral y no consensuada” y de “inaceptable, irresponsable y tardía porque está generando una situación de incertidumbre permanente en trabajadores, alumnado y familias”. Asimismo exigieron “medidas que garanticen un retorno seguro, presencial y consensuado” a las aulas, tanto para trabajadores como alumnado ya que, desde el final del curso pasado, “no ha habido absolutamente ninguna interlocución, comunicación ni reunión con el departamento”.

Miren Zubizarreta, de ELA, acusó a Educación de “una improvisación y una falta de planificación absolutas” y de un “lavado de manos” con una gestión de “decisiones cambiantes donde no hay nada previsto ni planificado qué medidas y qué recursos se va a dotar en ninguno de los tres escenarios contemplados”. Zubizarreta precisó que el mero cambio de consejera, “por sí mismo, si las circunstancias no cambian, no va a ser un factor determinante para desconvocar” porque “un mero cambio de consejera no es el problema, “el problema no es quién, sino las decisiones y la gestión que se está haciendo”.

Irati Tobar, de LAB, añadió que “los protocolos han respondido en todo momento a una improvisación y se han ido cambiando en función de la presión de la comunidad educativa y no a la asunción de responsabilidad por parte del departamento”, que ha preferido “delegar en los centros las decisiones”.

“Un mero cambio de consejera no es el problema; no es el quién sino el qué, las decisiones”

ELA

“Los protocolos han respondido en todo momento a una improvisación”

LAB