- “Es importante que reforcemos las medidas de ayuda para que se cumplan las cuarentenas”. Osakidetza está trabajando con diferentes organizaciones y ONG para garantizar que las personas más vulnerables puedan cumplir los aislamientos. Inma Moro, subdirectora de Enfermería y parte del comité director de la red de vigilancia del coronavirus, apuesta por incidir en la “concienciación” y apela a la responsabilidad de la ciudadanía: “Nos preocupa los incumplimiento pero hay que agradecer también que una gran mayoría cumple y eso nos ayuda mucho”, confiesa.

Hay comunidades como Galicia que han anunciado sanciones severas para aquellos que se salten los aislamientos y en otras se va a reforzar la vigilancia de los casos positivos para asegurar su confinamiento. Osakidetza no tiene datos de cuántas personas pueden haber incumplido el protocolo, aunque la consejera vasca Nekane Murga afirmó en su última comparecencia que hay una orden judicial contra una persona que se ha saltado el protocolo sanitario establecido.

No es el único caso. Un grupo de trabajadoras de una cadena comercial que dieron positivo denunciaron que su jefe les pidió que no dieran el nombre de sus compañeras para que no se cerrara el establecimiento. Por miedo a perder el trabajo accedieron a esta exigencia, según delatan ahora amparadas en el anonimato.

En las últimas semanas, y más tras los rebrotes detectados en la CAV, las alarmas se han activado sobre el grado de cumplimiento que se lleva a cabo por las personas que resultan estar infectadas y la vigilancia que se les hace para que cumplan con la cuarentena perceptiva.

“Somos profesionales sanitarios y lo que hacemos es analizar y ofrecer una intervención que garantice el aislamiento. Para eso hablamos con las personas, les explicamos la importancia del confinamiento. Pero es verdad que en ese contacto con los ciudadanos hay personas que se resisten”, aclara Moro, una de las personas que coordina el equipo de 300 rastreadores con los que cuenta Osakidetza. Estas situaciones se producen “sobre todo cuando es un contacto estrecho y pese a haber resultado un PCR negativo tiene que cumplir con el aislamiento. Explicamos y reiteramos la necesidad de mantener el aislamiento porque es la medida más eficaz para poder parar los contagios pero a veces no se entiende”.

En esta pandemia las circunstancias y las situaciones van evolucionando y se van incorporando o reforzando medidas en función de cuándo es necesario. Junto a esto y debido al verano y que de alguna forma se ha podido perder cierto temor, hay protocolos más difíciles de cumplir. “Cuando nos llega constancia de un positivo se procede a hacer un seguimiento pero desde el punto de vista de la salud, no para asegurar el confinamiento. No obstante, nosotros identificamos las personas y les volvemos a llamar dentro del proceso de seguimiento y si sospechamos que no está confinada porque, o bien oyes ruidos en la calle, o te dice que se ha cambiado de domicilio, se vuelve a insistir y tratamos de que entiendan cuál es el protocolo que tenemos que llevar a cabo. Si verificamos que hay un incumplimiento del confinamiento lo que hacemos es derivarlo porque no tenemos esa autoridad”, señala.

Sin embargo, Moro cree que muchas veces se producen situaciones de vulnerabilidad y por ello cree muy importante reforzar las medidas de apoyo. “Tenemos que tener en cuenta que muchas veces el hecho de que las personas no quieran mostrar su situación se debe que se encuentran en un estado de vulnerabilidad en el ámbito laboral, o desde el punto de vista social y necesitan ir a trabajar. Hay diferentes situaciones en las que esos motivos pueden llevar a alguien a no cumplir ese confinamiento”, afirma.

Por eso, Osakidetza considera que es importante intervenir, no solo desde la orden judicial o desde las sanciones: “Se puede pensar en colaboración con otros agentes que nos ayuden con aquellas personas que tienen más dificultades en un confinamiento. Hay muchos aspectos que tenemos encima de la mesa. Algunos ya están activando como darle apoyo a una persona si no tiene quién le lleve la compra a casa, o apoyo externo mientras esté confinado. Siempre pensamos en un tema de voluntad pero hay veces en los que está asociado con la vulnerabilidad de las personas”.

Además, insiste en que “la salud es un derecho que está por encima de todo y desde Osakidetza hay mecanismos y organismos para garantizarlo dentro de la estricta privacidad de los datos”. Es necesario que “afloren”, confía Inma Moro.

“Hay veces que el incumplimiento de confinamiento no es una cuestión de voluntad sino de vulnerabilidad ”

“Nos preocupa el incumplimiento pero hay que agradecer la ayuda de los que cumplen”

Comité director de vigilancia Osakidetza