- Un exteniente salvadoreño reveló ayer en el juicio contra el excoronel Inocente Orlando Montano que el alto mando y la cúpula militar, con la aprobación del entonces presidente Alfredo Cristiani, ordenó asesinar a los jesuitas en 1989 en la Universidad Centroamericana, entre ellos el vasco Ignacio Ellacuría, sin dejar testigos de la matanza.

El exmilitar declaró ante la Audiencia Nacional en el juicio por el asesinato de cinco jesuitas españoles en 1989 en El Salvador, entre ellos Ellacuría, entonces rector de la Universidad Centroamericana (UCA) e ideólogo de la Teología de la Liberación.

El exteniente René Yusshy Mendoza señaló explícitamente al alto mando (presidente y cargos políticos de Defensa) junto al estado mayor (militares) como los responsables y autores intelectuales de los asesinatos que ejecutó el batallón Atlácatl y al que el exteniente acompañó por orden de sus superiores.

Su declaración como testigo en el juicio que se sigue en la Audiencia Nacional, tras ser exonerado de toda responsabilidad penal al inicio de la vista, se antojaba clave contra Montano, toda vez que Yusshy Mendoza ya había confesado y colaborado con la Justicia.

El exteniente relató que la masacre fue ordenada por el alto mando salvadoreño en una reunión horas antes de los asesinatos con el coronel Guillermo Benavides, a quien se encargó que ejecutara la matanza y quien a su vez eligió a Mendoza para que junto a otro mando de la Escuela Militar dirigieran la operación.

Mendoza relató todo lo que Benavides, condenado a 30 años de cárcel en 1992, amnistiado en 1993 y capturado en 2016 para cumplir la pena, le dijo antes de dirigirse a la Universidad. “Toda la operación estaba ordenada por el alto mando, Benavides me dijo que tenía que ejecutar la orden que había recibido y que Montano fue una de las personas que dio la orden de eliminar a Ellacuría, me lo dijo varias veces”, afirmó Mendoza, que incriminó así al excoronel, que se enfrenta a 150 años de prisión.

Pero también al presidente Cristiani, porque según el testigo, el alto mando iba a informarle de la operación en un encuentro en el edificio del Estado Mayor y que si se oponía a los asesinatos se informaría de ello. “Si no hubo contraorden es que el presidente lo tuvo que haber aprobado”, apostilló el exmilitar.

El alto mando informó al presidente y “si no hubo contraorden, es que lo tuvo que haber aprobado”, afirmó el exteniente