- Después de 96 días en estado de alarma, desde el 15 de marzo hasta el 18 de junio, ayer Euskadi estrenó la nueva normalidad, término que el Gobierno central comenzó a utilizar a finales de abril para referirse a un proceso de desescalada por fases que desembocaba en la citada nueva normalidad. Escenario que se alcanzó ayer en la CAV, aunque en la calle no se percibieron grandes diferencias respecto a la fase 3. Quizás porque en algunas localidades aún no se abrieron los parques infantiles, que son una de las grandes novedades.

En Donostia, por ejemplo, las zonas infantiles seguían precintadas y los niños y niñas no podrán subirse a los columpios hasta el lunes, día en el que por ejemplo también se abren las piscinas. Era decisión de cada ayuntamiento abrir los parques infantiles y algunos, como el de Zarautz, sí lo hicieron, tras desinfectarlos a primera hora de la mañana. Otros consistorios han preferido esperar unos días más para poder proceder a su limpieza.

La otra novedad principal ayer era que las discotecas y bares de ocio nocturno podían abrir sus puertas, con aforo reducido y con mesas ocupando las pistas de baile. No se puede bailar para respetar la distancia entre personas, pero sí tomar algo, así que los locales se han adaptado y han colocado mesas y sillas donde antes estaba la pista de baile.

Echando un vistazo a la vida en las calles, se podría decir que la nueva normalidad es una normalidad con protección, es decir, con mascarilla, con higiene en las manos, aún con cierta reducción en los aforos y con el intento de mantener la distancia física entre personas en tiendas, en los bares o en cualquier evento cultural y artístico. Y estas medidas de protección han llegado para quedarse, al menos hasta que se encuentre la vacuna contra el coronavirus. La mascarilla y el gel hidroalcohólico son ya elementos comunes -aunque aún se sigue viendo a mucha gente por la calle sin usar las mascarillas-, así como respetar los aforos y guardar las distancias.

Algunas tiendas, comercios y bares, por ejemplo, mantienen los carteles del máximo aforo permitido en el interior. Respecto a la fase 3, podían aumentar ligeramente su capacidad, pero en varios establecimientos han decidido mantenerlo para "controlar mejor el aforo y poder hacer la limpieza adecuada". Será cuestión de dar un poco más de tiempo a una nueva normalidad a la que, en cualquier caso, le faltan aún elementos para parecerse más a la antigua normalidad, la de antes del COVID-19. Por ejemplo, que los cines y los hoteles abran -algo que irá sucediendo de forma paulatina en los próximos días en Gipuzkoa- y que el deporte pueda contar de nuevo con público en las gradas, lo que tardará un poco más en llegar.

Uno de los grandes focos en la gestión de la desescalada por parte de las instituciones han sido las playas, que seguramente volverán a estar de actualidad estas próximas jornadas, ya que hoy, coincidiendo con el estreno del verano, se espera un buen tiempo que se alargará como mínimo hasta mediados de la próxima semana. Así que se espera una importante afluencia de gente en los arenales guipuzcoanos, que cuentan con personal para controlar los aforos. La Concha, que se queda sin apenas espacio con marea alta, estará en teoría cerrada desde dos horas antes y hasta dos horas después de la pleamar. Para controlar la entrada de usuarios están los Hondartzainas. También en Zarautz han habilitado siete entradas para dividir por zonas el arenal y controlar el acceso. Para la próxima semana estará disponible la app para móvil Nik Hondartzak, con la que los usuarios podrán consultar el estado de las playas.

Una veintena de personas. Un establecimiento de arte en el barrio de Amara fue multado por la Policía Municipal por hacer "una celebración" con una veintena de personas "sin tomar medidas" de prevención para evitar la propagación del COVID-19. Los hechos tuvieron lugar el jueves en la avenida de Madrid, donde los responsables de una sala de arte celebraban al parecer su inauguración. Alrededor de veinte personas se encontraban en el lugar sin llevar mascarillas ni respetar las distancias y, además, tenían una mesa "no autorizada en la calle" en la que los asistentes estaban consumiendo bebidas.