- El Gobierno aprobó ayer en el Consejo de Ministros el proyecto de Ley orgánica de protección integral a la infancia y a la adolescencia frente a la violencia, para su remisión al Congreso y que inicie su tramitación parlamentaria.

La norma aumentará el plazo de prescripción del delito de abuso sexual a menores, de forma que este empezará a contar a partir del momento en que la víctima cumpla 30 años, y no 18 como ocurre actualmente, y plantea crear una nueva figura en los colegios, la del coordinador de bienestar y protección.

El vicepresidente segundo y ministro de Derechos Sociales y Agenda 2030, Pablo Iglesias, asumió el compromiso de intentar lograr un “amplio consenso” en el Parlamento para mejorar y aprobar la ley y aseveró que “las ideologías no pueden separarnos en una normativa” que proteja los derechos de los niños y jóvenes frente a la violencia”.

La norma fue bautizada por Iglesias como Ley Rhodes por el pianista británico del mismo apellido, James Rhodes, que sufrió abusos sexuales cuando era un niño y que ha luchado por la aprobación de esta norma. Precisamente, uno de los cambios que conllevará esta nueva ley será que el plazo de prescripción de los delitos graves contra menores, como los abusos sexuales, no empezará a correr hasta que la víctima haya cumplido los 30 años. Actualmente, empieza a contar cuando la víctima cumple 18 años y los delitos prescriben entre 5 y 15 años después, dependiendo de su gravedad.

A pesar del aumento que prevé el anteproyecto, asociaciones de víctimas de abusos lo consideran insuficiente y han reclamado que el plazo empiece a contar cuando la víctima cumpla 40 años.

La futura Ley obligará a denunciar al cónyuge y a los familiares cercanos de la persona que hayan cometido un hecho delictivo cuando se trate de un delito grave cometido contra una persona menor de edad.

Además ,la ley plantea que se deberán establecer en los centros escolares protocolos de actuación frente a indicios de acoso escolar, ciberacoso, acoso sexual, violencia de género, suicidio, autolesión y cualquier otra forma de violencia. Víctimas de abusos en la Iglesia han lamentado que la nueva ley “silencia” sus casos pues “no menciona” la pederastia eclesial.