rimero fueron los tigres y leones del zoo de Nueva York, contagiados por su cuidador. Luego, algún perro y unos gatos, entre ellos el gato Negrito, que vivía en Barcelona con varias personas positivas, una de las cuales falleció. El contagio siempre por humanos enfermos. Antropozoonosis. La plataforma Medrxiv, que recoge artículos antes de su publicación definitiva en alguna revista de impacto, publicó un trabajo desarrollado en el Centro de Investigación Biomédica de La Rioja (Cibir) sobre el impacto del virus de la COVID-19 en las mascotas. No parten de una población muy significativa. Dos conejos, una cobaya, ocho gatos y doce perros, procedentes de 17 hogares con casos humanos confirmados y diagnosticados en el hospital universitario riojano. Un gato dio positivo, aunque el animal era asintomático. En el mismo hogar vivía otro gato que dio negativo en dos ocasiones.

A finales de abril, en Holanda se detectó el virus en cuatro granjas de visones. Investigadores de la Facultad de Veterinaria de Utrecht demostraron que también estaban infectados tres de los once gatos que vivían en las granjas y han documentado también el primer caso de transmisión del coronavirus de los visones a dos personas. Zoonosis. Además, afirman que los visones pueden padecer la COVID-19 de manera asintomática.

Más cerca, en Teruel, que existe, y es una opción vacacional muy recomendable, por cierto, la mitad de los 14 trabajadores de una granja de visones han dado positivos por PCR al coronavirus. El primer diagnóstico fue la mujer de uno de los trabajadores. El marido resultó positivo asintomático. Siguieron tirando del hilo y finalmente, siete de sus trece compañeros han resultado positivos. De momento se ignora el sentido de la infección, zoonosis o antropozoonosis.

No nos olvidemos de Joaquín y Alberto, del vertedero de Zaldibar, ni de comprar producto local, de nuestros baserritarras. Doctor en Veterinaria