- Helena Iturralde desde que abrió su negocio, hace ya dos años, ha tenido “tienda online” aunque, reconoce, que mantenerla al día y operativa es muy exigente “para una persona sola”. “Hace falta mucho tiempo y dinero para tenerla güay y no se vendía nada”, explica.

Tanto es así, que apenas tres semanas antes de que se instaurara el estado de alarma Helena Iturralde tenía esta opción “prácticamente cerrada”. Pero la evidencia es muy terca y el cierre de la tienda física le obligó a “dar caña” a esta vía de comercialización durante el confinamiento.

Su herramienta es Instagram, @mundomanila, donde desde el primer día muestra “vídeos positivos y alegres” y sus conjuntos, incluidos los complementos, con “muy buen resultado”. “En quince días he realizado más de 20 envíos y me ha salvado un poco”, señala.

Pero, reconoce, ello le ha conllevado trabajo. “La tienda online está muy bien hecha y facilito todo el recorrido, desde instagram shopping a la web y, sobre todo, doy importancia a las llamadas”, añade esta entusiasta de su trabajo. “Cada venta, como siempre, requiere mucha asesoría y explicaciones. Me he abierto un WhatsApp bussines a través de un teléfono fijo, el 943 905 057, a donde me escriben, les mando catálogos, hablamos etc.”.

La guinda del pastel la pone la llamada, en la que explica a sus clientes cómo sacar mejor partido de la ropa que le compran. “Sigo personalizando cada venta, también online. Doy a mis clientas toda clase de facilidades, les doy confianza y he ganado unas clientas espectaculares que no habían venido antes a la tienda, son nuevas”, apunta.

Su perfil de compradora es el de una mujer “de cierta edad, con un estilo diferente, que le gusta la ropa estilosa, amplia, de muchas capas, los tejidos naturales, muchos complementos. Ofrezco looks completos y sigo trabajando con citas, como antes”, explica. Porque, constata, “vendo looks enteros, los que subo a Instagram. En el último escaparate que he publicado, he vendido todos los looks enteros en distintas tallas. No me había pasado en la vida. Estoy alucinada”, asegura Iturralde.

La nueva normalidad llegará cargada de incógnitas y la forma en la que se solucionarán las compras es una de ellas. Por este motivo, Iturralde prevé seguir incidiendo en una fórmula que le está dando buenos resultados. “Tenemos que ir hacia la omnipresencia, quien no tenga ahora mismo tienda online no existe, pero tenemos que dar la misma calidad y atención”, incide.

Y ya en el comercio físico aboga por una transformación hacia “espacios personalizados”. Pone un ejemplo. Tiene ya cerrada una cita en la tienda con una clienta que es “una loca de los bombones” y en Manila Shop le esperará con “los dulces y una cervecita fresca”. Porque es una defensora de la personalización, también cuando envía un paquete incluye frecuentemente notas para las destinatarias. “Se trata de dejar huella en las clientas”, apostilla.

“Yo no tengo miedo. Ya me están pidiendo citas y espero que todo vaya de forma escalonada. No va a ser la alegría de antes, pero seguro que dedicaremos más tiempo al cliente, que es lo que me gusta”, concluye.