stamos en época de cordero. Y con el cordero llega también la leche de oveja para elaborar cuajadas y, sobre todo, quesos, pero la COVID-19 también ha afectado a esta producción artesanal, incluidos mis proveedores habituales: Adarrazpi de Urnieta o Erniope del caserío Iturta Sarobe de Asteasu.

Los pastores, como otros muchos sectores de nuestro país, no solo el hostelero, deben reinventarse para plantar cara al virus y al nuevo mercado poscoronavirus. Y no se han quedado atrás. Además del Idiazabal clásico, dispondremos de seis nuevos tipos de quesos elaborados con leche Eusko Label, lo que permitirá abarcar un segmento del mercado, actualmente cubierto con quesos foráneos, dando salida de ese modo, a la producción láctea vasca. Se trata de quesos de diferentes tipologías, precios y presentaciones, elaborados con leche cruda o pasterizada de las vacas, ovejas y cabras que pastan en Euskal Herria. Con esta iniciativa, además, damos valor a una práctica con enorme tradición histórica y un gran valor social, cultural y, sobre todo, medioambiental, no se nos olvide.

Se trata del Queso Fraisoro, elaborado con leche de vaca, tal y como se hacía y enseñaba a elaborar en la Escuela Agraria Fraisoro de finales del siglo XIX. El Azul de Latxa, con el sabor y olor fuertes del queso azul, pero con unas características que lo hacen único. El Queso Saroi, el antiguo queso madurado de las montañas vascas, de gran formato de sabor, suave. El Queso de Cesto (Otzara), elaborado con leche cuajada en cestos de mimbre. El Queso Txuria, saludable, fresco, ligero y actual, que nos recordará al de otra "provincia" cercana, mucho calcio y poca grasa, recomendado por todas las gordólogas en sus dietas, y el Queso Auntzai, de leche de cabra, con su característico sabor, que sirve tanto para aperitivos, postres o cocinar.

No nos olvidemos de Joaquín y Alberto, del vertedero de Zaldibar, ni de comprar producto local, no solo quesos.